Diferencia entre revisiones de «Principio de no maleficencia»
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Su formulación clásica, '''primum non nocere''', ha sido traducida como «''en primer lugar, no hacer daño''» | Su formulación clásica, '''primum non nocere''', ha sido traducida como «''en primer lugar, no hacer daño''» | ||
<ref>{{cita libro|apellidos=Gracia|nombre=D|título=Primum non nocere. El principio de no-maleficencia como fundamento de la Ética Médica|año=1990|editorial=Instituto de España. Real Academia Nacional de Medicina|páginas=25|ubicación=Madrid}}</ref>.El origen de | <ref>{{cita libro|apellidos=Gracia|nombre=D|título=Primum non nocere. El principio de no-maleficencia como fundamento de la Ética Médica|año=1990|editorial=Instituto de España. Real Academia Nacional de Medicina|páginas=25|ubicación=Madrid}}</ref>.El origen de esta formulación es oscuro, aunque su contenido está claramente señalado en el Juramento Hipocrático | ||
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A diferencia de Frankena, que incluye la no-maleficencia como la primera de las obligaciones de la beneficencia, Beauchamp y | A diferencia de Frankena, que incluye la no-maleficencia como la primera de las obligaciones de la beneficencia, Beauchamp y | ||
Childress prefieren hacer de ella un principio aparte. Por un lado,para evitar demasiadas subdivisiones dentro de los principios; pero | Childress prefieren hacer de ella un principio aparte. Por un lado,para evitar demasiadas subdivisiones dentro de los principios; pero sobre todo, porque no comparten el orden jerárquico de obligaciones de beneficencia que presenta Frankena <ref>{{cita libro|apellidos=Beuchamp|nombre=T.L|título=Ethical Theory and Bioethics|editor=L. Walters|páginas=20}}</ref>.Nuestros autores admiten que intuitivamente la obligación de no ocasionar un daño sería previa a la de causar un beneficio. Sin embargo, en determinadas situaciones las obligaciones de beneficencia tendrían prioridad sobre las de no-maleficencia <ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|año=1979|páginas=115}}</ref>.Cosa que Frankena no aceptaría. | ||
sobre todo, porque no comparten el orden jerárquico de obligaciones de beneficencia que presenta Frankena <ref>{{cita libro|apellidos=Beuchamp|nombre=T.L|título=Ethical Theory and Bioethics|editor=L. Walters|páginas=20}}</ref>.Nuestros autores admiten que intuitivamente la obligación de no ocasionar un daño sería previa a la de causar un beneficio. Sin embargo, en determinadas situaciones las obligaciones de beneficencia tendrían prioridad sobre las de no-maleficencia <ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|año=1979|páginas=115}}</ref>.Cosa que Frankena no aceptaría. | |||
Ponen el ejemplo de la investigación clínica sobre sujetos sanos cuyo protocolo presente riesgos e inconvenientes tan pequeños, que la hagan moralmente recomendable teniendo en cuenta las gran utilidad que podría conllevar para un determinado tipo de pacientes | Ponen el ejemplo de la investigación clínica sobre sujetos sanos cuyo protocolo presente riesgos e inconvenientes tan pequeños, que la hagan moralmente recomendable teniendo en cuenta las gran utilidad que podría conllevar para un determinado tipo de pacientes | ||
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Por su parte, Gillon explica que es bueno distinguir los dos principios, ya que el sujeto moral tiene obligaciones de beneficencia | Por su parte, Gillon explica que es bueno distinguir los dos principios, ya que el sujeto moral tiene obligaciones de beneficencia | ||
respecto a pocas personas, mientras que la obligación de no dañar se extiende a todas <ref>{{cita publicación|apellido=Gillon|nombre=R|título=the Four Principles” Approach to Biomedical Ethics|publicación=Journal of Medical Ethics|año=1995|volumen=21|páginas=323-24}}</ref>. | respecto a pocas personas, mientras que la obligación de no dañar se extiende a todas <ref>{{cita publicación|apellido=Gillon|nombre=R|título=the Four Principles” Approach to Biomedical Ethics|publicación=Journal of Medical Ethics|año=1995|volumen=21|páginas=323-24}}</ref>. | ||
Revisión del 22:15 22 feb 2013
Su formulación clásica, primum non nocere, ha sido traducida como «en primer lugar, no hacer daño» [1].El origen de esta formulación es oscuro, aunque su contenido está claramente señalado en el Juramento Hipocrático [2].
A diferencia de Frankena, que incluye la no-maleficencia como la primera de las obligaciones de la beneficencia, Beauchamp y Childress prefieren hacer de ella un principio aparte. Por un lado,para evitar demasiadas subdivisiones dentro de los principios; pero sobre todo, porque no comparten el orden jerárquico de obligaciones de beneficencia que presenta Frankena [3].Nuestros autores admiten que intuitivamente la obligación de no ocasionar un daño sería previa a la de causar un beneficio. Sin embargo, en determinadas situaciones las obligaciones de beneficencia tendrían prioridad sobre las de no-maleficencia [4].Cosa que Frankena no aceptaría.
Ponen el ejemplo de la investigación clínica sobre sujetos sanos cuyo protocolo presente riesgos e inconvenientes tan pequeños, que la hagan moralmente recomendable teniendo en cuenta las gran utilidad que podría conllevar para un determinado tipo de pacientes [5].Otro ejemplo sería la transfusión de sangre, que supone un pequeño inconveniente para el que la dona, mientras que puede salvar la vida del que la recibe [6].
Por su parte, Gillon explica que es bueno distinguir los dos principios, ya que el sujeto moral tiene obligaciones de beneficencia respecto a pocas personas, mientras que la obligación de no dañar se extiende a todas [7].
Notas
- ↑ Gracia, D (1990). Primum non nocere. El principio de no-maleficencia como fundamento de la Ética Médica. Madrid: Instituto de España. Real Academia Nacional de Medicina. p. 25.
- ↑ Gracia, D. (1990). Primum non nocere. El principio de no-maleficencia como fundamento de la Ética Médica. Madrid: Instituto de España. Real Academia Nacional de Medicina. p. 81.
- ↑ Beuchamp, T.L. L. Walters, ed. Ethical Theory and Bioethics. p. 20.
- ↑ Principles of Biomedical Ethics. 1979. p. 115.
- ↑ Principles of Biomedical Ethics. 1979. pp. 114-15.
- ↑ Ethical Theory and Bioethics. p. 21.
- ↑ Gillon, R (1995). «the Four Principles” Approach to Biomedical Ethics». Journal of Medical Ethics 21: 323-24.