Diferencia entre revisiones de «Embriones sobrantes»

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== Introducción ==
Las técnicas de la fecundación artificial han posibilitado la existencia de un número importante de embriones. El éxito buscado en las diversas técnicas hace generar más embriones que los ulteriormente implantados en el útero de la mujer.
Las [[Técnicas de reproducción asistida|técnicas de la fecundación artificial]] han posibilitado la existencia de un número importante de embriones. El éxito buscado en las diversas técnicas hace generar más embriones que los ulteriormente implantados en el útero de la mujer., con el fin de facilitar el hijo si no llega a buen término el proceso actual. Estos embriones sobrantes suelen recibir también el nombre de '''embriones  huérfanos o supernumarios''',
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Ese remanente de óvulos fecundados hace que estemos ante los embriones sobrantes. Estos embriones sobrantes tienen un futuro incierto y mientras tanto son almacenados en bancos de embriones permaneciendo congelados en nitrógeno líquido a doscientos grados bajo cero. Teniendo en cuenta los datos de la biología nos encontramos ante individuos de la especie humana.
Ese remanente de óvulos fecundados hace que estemos ante '''embriones sobrantes'''<ref>{{Cita publicación|url=|título=Voz: Embriones Sobrantes|apellidos=Simón Vázquez|nombre=Carlos|fecha=|publicación=Nuevos Diccionario de Bioética|editorial=Monte Carmelo|fechaacceso=|apellidos-editor=Simón Vázquez|nombre-editor=Carlos|fecha-publicación=Mayo 2012|edición=2|doi=|pmid=}}</ref>. Estos embriones sobrantes tienen un futuro incierto y mientras tanto son almacenados en bancos de embriones permaneciendo congelados en nitrógeno líquido a doscientos grados bajo cero. Teniendo en cuenta los datos de la [[Estatuto biológico del embrión humano|biología]] nos encontramos ante individuos de la especie humana.
 
Ya se ha demostrado en otras partes de esta obra, como no puede existir individuo humano sin ser persona humana
 
Nos encontramos ante un problema serio pues se tiene a una serie de personas en salas de espera, aguardando ante una incierta llamada en el mejor de los casos.
 
En la mayoría, la espera será lo suficientemente indefinida como para suponer que no hay tiempo para ellas y por consiguiente el futuro plausible es desolador. De aquí que se levanten no pocas voces de alarma contra una práctica que maltrata la vida humana naciente.


== Acercamiento humano adecuado ==
En la mayoría de estos embriones, la espera será lo suficientemente indefinida y por consiguiente el futuro plausible es poco claro.  
Por tal se entiende, aquella ética que subraya el carácter precioso del hombre. Aquella que centra el juicio ético en la misma racionalidad objetiva de los hechos y las situaciones.  


Una ética tal posibilita conocer y ulteriormente juzgar que es inhumano por irracional, generar embriones humanos con el hipotético caso de ser usados para finalidades varias. El núcleo de la argumentación de esta forma de pensar radica en que las técnicas que generan y usan embriones humanos son inhumanas por lo irracionales que son.
Se estima que en 2011<ref name=":0">{{Cita publicación|url=http://www.revistafertilidad.org/rif-articulos/embriones-sobrantes/54|título=Embriones sobrantes|apellidos=Nadal Pereña|nombre=Javier|fecha=01-11-2011|publicación=Revista Iberamericana de fertilidad y Reproducción humana|fechaacceso=24-04-2020|doi=|pmid=}}</ref> de las más de 200 naciones en el mundo que ofrecen tratamientos de infertilidad-[[esterilidad]], sólo 41 de ellas tienen programas de donación de embriones. En otros 14 países, la donación de embriones está prohibida por Ley (Alemania, Austria, China, Dinamarca, Eslovenia, Israel, Italia, Letonia, Noruega, Suecia, Suiza, Taiwán, Túnez y Turquía)


En efecto, las técnicas de la fecundación artificial que son el origen de los embriones sobrantes consideran el embrión como un medio para...; nunca la vida humana es un medio para.
== Aspectos éticos ==
El planteamiento ético sobre los embriones sobrantes de las técnicas de [[reproducción asistida]] viene ya marcado por el planteamiento ético que se haga sobre el uso de esas técnicas.


En su misma racionalidad intrínseca presentan un carácter medial. La intencionalidad subyacente en dichas técnicas generadoras de embriones sobrantes es siempre medial, nunca final. Se podrá objetar que también el acto conyugal es un “medio” para conseguir un embrión, pero sin negar esto, el acto conyugal es más que un medio, es un fin en si mismo. Se continúa realizando el acto conyugal independientemente de la consecución de un embrión; tiene en sí mismo la capacidad de expresar la comunión esponsal y el ser vehículo vital.
Se puede decir que lo que añade es la '''toma de conciencia''' de que esas técnicas producen unos [[Embrión|embriones]] que simplemente están en depósito.  


En cambio las técnicas de la fecundación artificial, únicas responsables de este acúmulo de embriones, son siempre medios; si fracasa una que necesita tres embriones, se pasa a la siguiente que necesita cinco para el hipotético éxito y si fracasa ésta a la siguiente y así hasta el número ilimitado como en la actual legislación española del año 2005.
Caben diversas acciones:
# Dejarlos en un limbo existencial. Sin embargo '''conservarlos tiene un costo''', y, si no son reclamados, con el paso del tiempo ese costo nadie lo abona. La solución que se ha llevado a cabo es su destrucción.
# Utilizarlos para la investigación. Con los permisos adecuados, de los que contrataron las técnicas, o de comités correspondientes, o del poder judicial, según sean los casos, estos embriones '''se ofrecen o son adquiridos para la investigación científica'''.
# Su implantación. Tras un período de tiempo legal reconocido, si no son reclamados por los que iniciaron las técnicas, pueden ofrecerse para una especie de "'''adopción embrionaria'''" por parte de parejas que se ofrezcan a ello.
En los casos 1 y 2 si estos embriones humanos son considerados sin más valor que células biológicas, su destrucción no tendría ningún valor ético. Pero la biología muestra que se trata de [[Estatuto biológico del embrión humano|individuos humanos]] en estado embrionario, por lo que su destrucción tiene un alto valor negativo desde el punto de vista de la ética.


El error de base es que nunca la vida humana es un bien para mí, sino un bien en sí. Independientemente de los motivos subjetivos muchas veces laudables del recurso a éstas técnicas biomédicas, las acciones humanas tienen siempre consecuencias.
En el 3 caso si los embriones se implantan en las personas que iniciaron el proceso, no supondría más variación ética que la que ya tiene el uso de esas técnicas. La "adopción embrionaria" que tiene un cierto '''aspecto de rescate ético''', podría dar lugar a un mercado de embriones humanos.


Sobre estas hay que valorar qué se va a seguir de ciertas conductas. Cierto y verdad es que cuando se acometen éstas técnicas generadoras de multitud de embriones ya se ha apostado por una concepción determinada de persona, de matrimonio, de familia. A estas realidades se las priva de su carácter autónoma para ser medios para algo o para alguien.
Son numerosas las voces que se levantan para parar esta producción de embriones sobrantes<ref name=":0" />.


A la inhumanidad de considerar la persona, el matrimonio y la familia como medios para... se suma el aspecto cuantitativo de generar un problema insoluble en la actual coyuntura. Por ello, el problema de los embriones sobrantes está totalmente ligado al de las técnicas de fecundación artificial que lejos de resolver deseos legítimos, conducen a dramas reales como son la generación de embriones sobrantes.
El verdadero plan de acción no es qué hacer con los embriones sobrantes, sino el plantearse el porqué de su existencia. Lo ideal y posible es que no existieran aunque ciertamente la menos agresiva y digna de las opciones es dejarlos morir. Así se expresaba recientemente un prestigioso bioético español: “ que existan decenas de miles embriones sobrantes o abandonados constituye, juzgadas las cosas desde el punto de vista deontológico, un error lamentable que ha de apelar necesariamente a la conciencia social y, particularmente, a la responsabilidad profesional de los médicos que trabajan en reproducción humana asistida.


== Postura desde la moral católica ==
La grave cuestión de qué destino dar al masivo número de embriones humanos sobrantes no tiene respuestas que sean a la vez '''éticas y practicables.'''  
El documento '''''Donum Vitae''''' señala las claves por las que el uso de las técnicas de fecundación artificial son medios desordenados para posibilitar que la vida humana sea. Aún con independencia de que no se generasen ingentes números de embriones, la instrucción señala las razones por las que éstas técnicas desmerecen a la preciosidad de la vida humana. Pero es que las mismas técnicas son fuentes que generan embriones que nadie da, que nadie acoge y que por tanto deben ser congelados. Al final el único destino es el posible uso en la investigación. Ya desde el primer momento documento '''''Donum Vitae''''' se preguntaba cuál sería el juicio moral que merece el uso de embriones sobrantes para la investigación y responde en el número cinco: '''“los embriones humanos obtenidos in vitro (laboratorio) son seres humanos y sujetos de derechos: su dignidad y su derecho a la vida deben ser respetados desde el primer momento de su existencia. Es inmoral producir embriones humanos destinados a ser explotados como material biológico disponible”''' (DV 5).


Investigar con ellos de lo cual se sigue hasta la fecha la muerte de los mismos o almacenarlos para en su día utilizarlos como material de investigación son actos inmorales. En relación con la muerte la instrucción lo asimila al aborto: “en la práctica habitual de la fecundación in vitro no se transfieren todos los embriones al cuerpo de la mujer; algunos son destruidos.
Es lógico, pues que se trata de un problema que se sale del campo de la humanidad y compasión en el que vive y respira la ética profesional de la medicina” (''Investigación sobre embriones congelados y deontología médica, en AAVV., El destino de los embriones congelados, 80)''.<ref>{{Cita libro|apellidos=García Gómez|nombre=Alberto|enlaceautor=|título=El destino de los embriones congelados|url=|fechaacceso=|año=2003|editorial=|isbn=84-7392-521-1|editor=|ubicación=|página=80|idioma=|capítulo=}}</ref>


La Iglesia del mismo modo que condena el aborto provocado, prohíbe también atentar contra la vida de estos seres humanos. Resulta obligado denunciar la particular gravedad de la destrucción voluntaria de los embriones humanos obtenidos in vitro con el solo objeto de investigar, ya se obtengan mediante la fecundación artificial o mediante la fisión gemelar.  
== Postura de la iglesia católica ==
Ya desde el primer momento documento '''''[http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19870222_respect-for-human-life_sp.html Donum Vitae]''' (22-02-1987)'' se preguntaba cuál sería el juicio moral que merece el uso de embriones sobrantes para la investigación y responde en el número cinco: '''“los embriones humanos obtenidos in vitro (laboratorio) son seres humanos y sujetos de derechos: su dignidad y su derecho a la vida deben ser respetados desde el primer momento de su existencia. Es inmoral producir embriones humanos destinados a ser explotados como material biológico disponible”''' (DV 5).


Comportándose de tal modo, el investigador usurpa el lugar de Dios y, aunque no sea consciente de ello, se hace señor del destino ajeno, ya que determina arbitrariamente a quién permitirá vivir y a quién mandará a la muerte, eliminando seres humanos indefensos.
'''Investigar''' con ellos de lo cual se sigue la [[muerte]] de los mismos o almacenarlos para en su día utilizarlos como material de investigación son actos inmorales. En relación con la muerte la instrucción lo asimila al [[aborto]]: “''en la práctica habitual de la fecundación in vitro no se transfieren todos los embriones al cuerpo de la mujer; algunos son destruidos"''.


El congelamiento que dilata una situación de espera es inhumana y también condenada por tanto la existencia de estos bancos de embriones pues supone un abuso que a unas personas se les niegue el derecho fundamental de nacer y estar sometidos a hipotéticos experimentos que lesionan su dignidad al ser tratados como medios, cuando solo pueden ser fines en sí mismos. Por ello, los métodos técnicos de observación o de experimentación que causan daños o imponen riesgos desproporcionados y graves a los embriones obtenidos in vitro, son moralmente ilícitos.
La '''congelación''' que dilata una situación de espera es inhumana y también condenada por tanto la existencia de estos bancos de embriones pues supone un abuso que a unas personas se les niegue el derecho fundamental de nacer y estar sometidos a hipotéticos experimentos que lesionan su dignidad al ser tratados como medios, cuando solo pueden ser fines en sí mismos. Por ello, los métodos técnicos de observación o de experimentación que causan daños o imponen riesgos desproporcionados y graves a los embriones obtenidos in vitro, son moralmente ilícitos.


El motivo es el mismo. Insistimos en que toda persona humana ha de ser respetada por sí misma y no puede quedar reducida a simple valor instrumental en manos de terceros. No es conforme a la razón y la moral exponer deliberadamente a la muerte embriones humanos obtenidos in vitro. La ilicitud de las técnicas se agiganta al ver en al realidad una serie de embriones no transferidos al cuerpo de la mujer que se les cataloga como “sobrantes” y que quedan expuestos a una destino absurdo, incierto y sobre todo fatal.
Posteriormente, para atender el desarrollo de  las técnicas biomédicas, el 8 de septiembre de 2008, se publica la [http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20081208_dignitas-personae_sp.html Instrucción Dignitas personae, sobre algunas cuestiones de Bioética]. En [[Dignitas personae|ella]] se reafirma el valor de las indicaciones hechas en Donum vitae, y se sale al paso de algunas nuevas situaciones. Sobre el tema de la situación de los embriones sobrantes dice en el número 19<ref>{{Cita web|url=http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20081208_dignitas-personae_sp.html#_ftn37|título=Instrucción Dignitas personae, sobre algunas cuestiones de Bioética|fechaacceso=24-04-2020|autor=Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe|fecha=08-09-2008}}</ref>:<blockquote>''Son claramente '''inaceptables''' las propuestas de utilizar tales embriones para la '''investigación''' o para usos terapéuticos, porque implica tratarlos como simple “material biológico” y comportan su destrucción. Tampoco es admisible la propuesta de descongelar estos embriones y, sin reactivarlos, utilizarlos para la investigación como si fueran simples cadáveres.''</blockquote><blockquote>''También la propuesta de ponerlos a disposición de esposos estériles como “terapia” de infertilidad, no es éticamente aceptable por las mismas razones que hacen ilícita tanto la procreación artificial heteróloga como toda forma de maternidad subrogada (Donum vitae,II,A,1-3); esta práctica implicaría además otros problemas de tipo médico, psicológico y jurídico.''</blockquote><blockquote>''Para dar la oportunidad de nacer a tantos seres humanos condenados a la destrucción, se ha planteado la idea de una '''“adopción prenatal”'''. Se trata de una propuesta basada en la loable intención de respetar y defender la vida humana que, sin embargo, presenta problemas éticos no diferentes de los ya mencionados.''</blockquote><blockquote>''En definitiva, es necesario constatar que los millares de embriones que se encuentran en estado de abandono determinan una '''situación de injusticia que es de hecho irreparable'''. Por ello Juan Pablo II dirigió «una llamada a la conciencia de los responsables del mundo científico, y de modo particular a los médicos para que '''se detenga la producción de embriones humanos,''' teniendo en cuenta que '''no se vislumbra una salida moralmente lícita''' para el destino humano de los miles y miles de embriones “congelados”, que son y siguen siendo siempre titulares de los derechos esenciales y que, por tanto, hay que tutelar jurídicamente como personas humanas»''<ref>Juan Pablo II, Discurso a los participantes en el Simposio sobre “''Evangelium vitæ'' y Derecho” y en el XI Coloquio internacional de Derecho Canónico (24 de mayo de 1996), n. 6: ''AAS'' 88 (1996), 943-944.</ref>.</blockquote>


== Situación española ==
== Situación española ==
Diferentes momentos a recorrido la legislación española en torno al tema. En un principio la '''ley de 1988 (35/1988)''' permitía fecundar un número ilimitado de óvulos. Las cantidades de embriones no han parado de crecer desde entonces. Esta ley vigente hasta la reforma del 2003 generó todo un organigrama de bancos de embriones y permitió obtener un “material” abundante para la investigación. '''La ley del 2003''' restringe a un máximo de tres ovocitos los candidatos a la fecundación y además estos es todavía más novedoso se deberán transferir en su totalidad, “salvo en casos en los que lo impida la patología de base de los progenitores”. Ciertamente el acúmulo de embriones sobrantes de haberse aplicado esta ley hubiera reducido sensiblemente el número de embriones sobrantes ya que la ley en principio obliga a la transferencia de los tres y así asegurar en mayor tanto por ciento el éxito de las diversas técnicas.
Diferentes momentos a recorrido la legislación española en torno al tema. En un principio la '''[https://www.boe.es/eli/es/l/1988/11/22/35 ley de 1988 (35/1988)]''' permitía fecundar un número ilimitado de óvulos. Las cantidades de embriones no han parado de crecer desde entonces. Esta ley vigente hasta la reforma del 2003 generó todo un organigrama de bancos de embriones y permitió obtener un “material” abundante para la investigación. '''[https://www.boe.es/eli/es/l/2003/11/21/45 La ley del 2003]''' restringe a un máximo de tres ovocitos los candidatos a la fecundación y además estos es todavía más novedoso se deberán transferir en su totalidad, “''salvo en casos en los que lo impida la patología de base de los progenitores''”. Ciertamente el acúmulo de embriones sobrantes de haberse aplicado esta ley hubiera reducido sensiblemente el número de embriones sobrantes ya que la ley en principio obliga a la transferencia de los tres y así asegurar en mayor tanto por ciento el éxito de las diversas técnicas.
 
Esta '''ley modificada en el 2005''', supone de nuevo un desprecio por la vida humana naciente al poder fecundar sin límite alguno los ovocitos de los que se disponga.
 
Los cálculos más prudentes aseguran que en la actualidad en nuestro país hay más de '''doscientos mil embriones sobrantes congelados'''. ¿Qué futuro tienen? Desde un punto de vista científico tres opciones de barajan
* implantarlos;
* destruirlos
* dejarlos morir.
'''Implantarlos;''' Una solución teóricamente factible. Existen casos de personas heroicas que razonan a modo de una adopción ciertamente particular. No han nacido; si no se les acoge, morirán indefectiblemente. La otra elección es la muerte segura. Algunos autores no ven reparos a efectuar un implante a modo de particular adopción.La reflexión eclesial no se ha pronunciado en torno al tema. Independientemente que el nacimiento de la vida requiera un medio concreto, este bondadoso modo de actuación en sí mismo requiere un prudente discernimiento a la hora de llevarse a cabo.
 
'''Aniquilación:''' es lo que sucede en la inmensa mayoría de los embriones sobrantes ya que son “materiales” ofrecidos por las clínicas de fecundación a los laboratorios a cambios de dinero.
 
'''Dejarlos morir:''' ciertamente la esencial diferencia entre matar y dejar morir no debe tranquilizar a los que desean promover la vida humana y su dignidad. Dejamos morir al paciente moribundo y desahuciado y por humanidad y caridad no le sometemos al encarnizamiento terapéutico. La acción última es la misma , dejar morir en paz, pero las circunstancias en uno y en el otro caso no son ni de lejos comparable.
 
El verdadero plan de acción no es qué hacer con los embriones sobrantes, sino el plantearse el porqué de su existencia. Lo ideal y posible es que no existieran aunque ciertamente la menos agresiva y digna de las opciones es dejarlos morir. Así se expresaba recientemente un prestigioso bioético español: “ que existan decenas de miles  embriones sobrantes o abandonados constituye, juzgadas las cosas desde el punto de vista deontológico, un error lamentable que ha de apelar necesariamente a la conciencia social y, particularmente, a la responsabilidad profesional de los médicos que trabajan en reproducción humana asistida.
 
La grave cuestión de qué destino dar al masivo número de embriones humanos sobrantes no tiene respuestas que sean a la vez éticas y practicables.
 
Es lógico, pues que se trata de un problema que se sale del campo de la humanidad y compasión en el que vive y respira la ética profesional de la medicina” ('''Investigación sobre embriones congelados y deontología médica, en AAVV., El destino de los embriones congelados, 80''').
 
Sólo tratando el problema de fondo, la actual coyuntura será capaz de dar una solución acertada frente a un problema que lejos de solucionarse cada día se agiganta por intereses varios que lesionan en el fondo '''el derecho fundamental de una persona que es el poder nacer y el vivir.'''
 
== Bibliografía ==
Pontificio Consejo para al Familia, Lexicón, Madrid  2004
 
E. Sgreccia, Manual de Bioética, México 1999
 
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción ''Donum Vitae''


AAVV., El destino de los embriones congelados, Madrid, 2003
Esta '''[https://www.boe.es/eli/es/l/2006/05/26/14 ley modificada en el 2006]''', supone de nuevo el poder fecundar sin límite alguno los ovocitos de los que se disponga.


AAVV., El embrión, ''Cuadernos de Bioética'', 13 (2003) 19-106
Sólo tratando el problema de fondo, la actual coyuntura será capaz de '''dar una solución acertada''' frente a un problema que lejos de solucionarse cada día se agiganta por intereses varios que lesionan en el fondo el derecho fundamental de una persona que es el poder nacer y el vivir.
== Notas ==
<references />
[[Categoría:Fecundación artificial]]
[[Categoría:Embrión]]

Revisión actual del 17:06 22 jul 2021

Introducción[editar | editar código]

Las técnicas de la fecundación artificial han posibilitado la existencia de un número importante de embriones. El éxito buscado en las diversas técnicas hace generar más embriones que los ulteriormente implantados en el útero de la mujer., con el fin de facilitar el hijo si no llega a buen término el proceso actual. Estos embriones sobrantes suelen recibir también el nombre de embriones huérfanos o supernumarios,

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Ese remanente de óvulos fecundados hace que estemos ante embriones sobrantes[1]. Estos embriones sobrantes tienen un futuro incierto y mientras tanto son almacenados en bancos de embriones permaneciendo congelados en nitrógeno líquido a doscientos grados bajo cero. Teniendo en cuenta los datos de la biología nos encontramos ante individuos de la especie humana.

En la mayoría de estos embriones, la espera será lo suficientemente indefinida y por consiguiente el futuro plausible es poco claro.

Se estima que en 2011[2] de las más de 200 naciones en el mundo que ofrecen tratamientos de infertilidad-esterilidad, sólo 41 de ellas tienen programas de donación de embriones. En otros 14 países, la donación de embriones está prohibida por Ley (Alemania, Austria, China, Dinamarca, Eslovenia, Israel, Italia, Letonia, Noruega, Suecia, Suiza, Taiwán, Túnez y Turquía)

Aspectos éticos[editar | editar código]

El planteamiento ético sobre los embriones sobrantes de las técnicas de reproducción asistida viene ya marcado por el planteamiento ético que se haga sobre el uso de esas técnicas.

Se puede decir que lo que añade es la toma de conciencia de que esas técnicas producen unos embriones que simplemente están en depósito.

Caben diversas acciones:

  1. Dejarlos en un limbo existencial. Sin embargo conservarlos tiene un costo, y, si no son reclamados, con el paso del tiempo ese costo nadie lo abona. La solución que se ha llevado a cabo es su destrucción.
  2. Utilizarlos para la investigación. Con los permisos adecuados, de los que contrataron las técnicas, o de comités correspondientes, o del poder judicial, según sean los casos, estos embriones se ofrecen o son adquiridos para la investigación científica.
  3. Su implantación. Tras un período de tiempo legal reconocido, si no son reclamados por los que iniciaron las técnicas, pueden ofrecerse para una especie de "adopción embrionaria" por parte de parejas que se ofrezcan a ello.

En los casos 1 y 2 si estos embriones humanos son considerados sin más valor que células biológicas, su destrucción no tendría ningún valor ético. Pero la biología muestra que se trata de individuos humanos en estado embrionario, por lo que su destrucción tiene un alto valor negativo desde el punto de vista de la ética.

En el 3 caso si los embriones se implantan en las personas que iniciaron el proceso, no supondría más variación ética que la que ya tiene el uso de esas técnicas. La "adopción embrionaria" que tiene un cierto aspecto de rescate ético, podría dar lugar a un mercado de embriones humanos.

Son numerosas las voces que se levantan para parar esta producción de embriones sobrantes[2].

El verdadero plan de acción no es qué hacer con los embriones sobrantes, sino el plantearse el porqué de su existencia. Lo ideal y posible es que no existieran aunque ciertamente la menos agresiva y digna de las opciones es dejarlos morir. Así se expresaba recientemente un prestigioso bioético español: “ que existan decenas de miles embriones sobrantes o abandonados constituye, juzgadas las cosas desde el punto de vista deontológico, un error lamentable que ha de apelar necesariamente a la conciencia social y, particularmente, a la responsabilidad profesional de los médicos que trabajan en reproducción humana asistida.

La grave cuestión de qué destino dar al masivo número de embriones humanos sobrantes no tiene respuestas que sean a la vez éticas y practicables.

Es lógico, pues que se trata de un problema que se sale del campo de la humanidad y compasión en el que vive y respira la ética profesional de la medicina” (Investigación sobre embriones congelados y deontología médica, en AAVV., El destino de los embriones congelados, 80).[3]

Postura de la iglesia católica[editar | editar código]

Ya desde el primer momento documento Donum Vitae (22-02-1987) se preguntaba cuál sería el juicio moral que merece el uso de embriones sobrantes para la investigación y responde en el número cinco: “los embriones humanos obtenidos in vitro (laboratorio) son seres humanos y sujetos de derechos: su dignidad y su derecho a la vida deben ser respetados desde el primer momento de su existencia. Es inmoral producir embriones humanos destinados a ser explotados como material biológico disponible” (DV 5).

Investigar con ellos de lo cual se sigue la muerte de los mismos o almacenarlos para en su día utilizarlos como material de investigación son actos inmorales. En relación con la muerte la instrucción lo asimila al aborto: “en la práctica habitual de la fecundación in vitro no se transfieren todos los embriones al cuerpo de la mujer; algunos son destruidos".

La congelación que dilata una situación de espera es inhumana y también condenada por tanto la existencia de estos bancos de embriones pues supone un abuso que a unas personas se les niegue el derecho fundamental de nacer y estar sometidos a hipotéticos experimentos que lesionan su dignidad al ser tratados como medios, cuando solo pueden ser fines en sí mismos. Por ello, los métodos técnicos de observación o de experimentación que causan daños o imponen riesgos desproporcionados y graves a los embriones obtenidos in vitro, son moralmente ilícitos.

Posteriormente, para atender el desarrollo de las técnicas biomédicas, el 8 de septiembre de 2008, se publica la Instrucción Dignitas personae, sobre algunas cuestiones de Bioética. En ella se reafirma el valor de las indicaciones hechas en Donum vitae, y se sale al paso de algunas nuevas situaciones. Sobre el tema de la situación de los embriones sobrantes dice en el número 19[4]:

Son claramente inaceptables las propuestas de utilizar tales embriones para la investigación o para usos terapéuticos, porque implica tratarlos como simple “material biológico” y comportan su destrucción. Tampoco es admisible la propuesta de descongelar estos embriones y, sin reactivarlos, utilizarlos para la investigación como si fueran simples cadáveres.

También la propuesta de ponerlos a disposición de esposos estériles como “terapia” de infertilidad, no es éticamente aceptable por las mismas razones que hacen ilícita tanto la procreación artificial heteróloga como toda forma de maternidad subrogada (Donum vitae,II,A,1-3); esta práctica implicaría además otros problemas de tipo médico, psicológico y jurídico.

Para dar la oportunidad de nacer a tantos seres humanos condenados a la destrucción, se ha planteado la idea de una “adopción prenatal”. Se trata de una propuesta basada en la loable intención de respetar y defender la vida humana que, sin embargo, presenta problemas éticos no diferentes de los ya mencionados.

En definitiva, es necesario constatar que los millares de embriones que se encuentran en estado de abandono determinan una situación de injusticia que es de hecho irreparable. Por ello Juan Pablo II dirigió «una llamada a la conciencia de los responsables del mundo científico, y de modo particular a los médicos para que se detenga la producción de embriones humanos, teniendo en cuenta que no se vislumbra una salida moralmente lícita para el destino humano de los miles y miles de embriones “congelados”, que son y siguen siendo siempre titulares de los derechos esenciales y que, por tanto, hay que tutelar jurídicamente como personas humanas»[5].

Situación española[editar | editar código]

Diferentes momentos a recorrido la legislación española en torno al tema. En un principio la ley de 1988 (35/1988) permitía fecundar un número ilimitado de óvulos. Las cantidades de embriones no han parado de crecer desde entonces. Esta ley vigente hasta la reforma del 2003 generó todo un organigrama de bancos de embriones y permitió obtener un “material” abundante para la investigación. La ley del 2003 restringe a un máximo de tres ovocitos los candidatos a la fecundación y además estos es todavía más novedoso se deberán transferir en su totalidad, “salvo en casos en los que lo impida la patología de base de los progenitores”. Ciertamente el acúmulo de embriones sobrantes de haberse aplicado esta ley hubiera reducido sensiblemente el número de embriones sobrantes ya que la ley en principio obliga a la transferencia de los tres y así asegurar en mayor tanto por ciento el éxito de las diversas técnicas.

Esta ley modificada en el 2006, supone de nuevo el poder fecundar sin límite alguno los ovocitos de los que se disponga.

Sólo tratando el problema de fondo, la actual coyuntura será capaz de dar una solución acertada frente a un problema que lejos de solucionarse cada día se agiganta por intereses varios que lesionan en el fondo el derecho fundamental de una persona que es el poder nacer y el vivir.

Notas[editar | editar código]

  1. Simón Vázquez, Carlos (Mayo 2012). «Voz: Embriones Sobrantes». Simón Vázquez, Carlos, ed. Nuevos Diccionario de Bioética (2 edición) (Monte Carmelo). 
  2. 2,0 2,1 Nadal Pereña, Javier (01-11-2011). «Embriones sobrantes». Revista Iberamericana de fertilidad y Reproducción humana. Consultado el 24-04-2020. 
  3. García Gómez, Alberto (2003). El destino de los embriones congelados. p. 80. ISBN 84-7392-521-1. 
  4. Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (08-09-2008). «Instrucción Dignitas personae, sobre algunas cuestiones de Bioética». Consultado el 24-04-2020. 
  5. Juan Pablo II, Discurso a los participantes en el Simposio sobre “Evangelium vitæ y Derecho” y en el XI Coloquio internacional de Derecho Canónico (24 de mayo de 1996), n. 6: AAS 88 (1996), 943-944.