Diferencia entre revisiones de «Declaración de Lisboa»

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(Declaración de Lisboa)
 
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== Otras voces ==
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* [[Declaración de Tokio]]
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* [[Declaración de Helsinki]]
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* [[Código de Núremberg]]
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== Referencias ==
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<references />

Revisión del 17:09 3 oct 2020

Un médico debe actuar siempre de acuerdo con su conciencia y en el mejor interés del paciente cuando se le presentan dificultades prácticas, éticas o legales.[1]

Adoptada por la 34ª Asamblea Médica Mundial, en Lisboa, Portugal, en septiembre/octubre de 1981 y enmendada por la 47ª Asamblea General en Bali, Indonesia, en septiembre de 1995 y revisada su redacción en la 171ª Sesión del Consejo, en Santiago, Chile, en octubre 2005 y reafirmada por la 200ª Sesión del Consejo de la AMM, en Oslo, Noruega, en abril 2015.

La relación entre los médicos, sus pacientes y la sociedad toda ha sufrido importantes cambios en los últimos años. Aunque el médico siempre debe actuar de acuerdo a su conciencia y en el mejor interés del paciente, se deben hacer los mismos esfuerzos a fin de garantizar la autonomía y justicia con el paciente. La Declaración de Lisboa representa algunos de los derechos principales del paciente que la profesión médica ratifica y promueve.

Los médicos y otras personas u organismos que proporcionan atención médica, tienen la responsabilidad conjunta de reconocer y respetar estos derechos. Cuando la legislación, una medida del gobierno, o cualquier otra administración o institución niega estos derechos al paciente, los médicos deben buscar los medios apropiados para asegurarlos o restablecerlos.

Principios

1.- Derecho a la atención médica de buena calidad:

  • Toda persona tiene derecho, sin discriminación, a una atención médica apropiada.
  • Todo paciente tiene derecho a ser atendido por un médico que él sepa que tiene libertad para dar una opinión clínica y ética, sin ninguna interferencia exterior.
  • El paciente siempre debe ser tratado respetando sus mejores intereses. El tratamiento aplicado debe ser conforme a los principios médicos generalmente aprobados.
  • La seguridad de la calidad siempre debe ser parte de la atención médica y los médicos, en especial, deben aceptar la responsabilidad de ser los guardianes de la calidad de los servicios médicos.
  • En circunstancias cuando se debe elegir entre pacientes potenciales para un tratamiento particular, el que es limitado, todos esos pacientes tienen derecho a una selección justa para ese tratamiento. Dicha elección debe estar basada en criterios médicos y debe hacerse sin discriminación.
  • El paciente tiene derecho a una atención médica continua. El médico tiene la obligación de cooperar en la coordinación de la atención médicamente indicada, con otro personal de salud que trata al paciente. El médico puede no discontinuar el tratamiento de un paciente mientras se necesite más tratamiento indicado médicamente, sin proporcionar al paciente ayuda razonable y oportunidad suficiente para hacer los arreglos alternativos para la atención.

2.- Derecho a la libertad de elección

  • El paciente tiene derecho a eligir o cambiar libremente su médico, hospital o institución de servicio de salud, sin considerar si forman parte del sector público o privado.
  • El paciente tiene derecho a solicitar la opinión de otro médico en cualquier momento.

3.- Derecho a la autodeterminación

  • El paciente tiene derecho a la autodeterminación y a tomar decisiones libremente en relación a su persona. El médico informará al paciente las consecuencias de su decisión.
  • El paciente adulto mentalmente competente tiene derecho a dar o negar su consentimiento para cualquier examen, diagnóstico o terapia. El paciente tiene derecho a la información necesaria para tomar sus decisiones. El paciente debe entender claramente cuál es el propósito de todo examen o tratamiento y cuáles son las consecuencias de no dar su consentimiento.
  • El paciente tiene derecho a negarse a participar en la investigación o enseñanza de la medicina.

4.- El Paciente inconsciente

  • Si el paciente está inconsciente o no puede expresar su voluntad, se debe obtener el consentimiento de un representante legal, cuando sea posible.
  • Si no se dispone de un representante legal, y se necesita urgente una intervención médica, se debe suponer el consentimiento del paciente, a menos que sea obvio y no quede la menor duda, en base a lo expresado previamente por el paciente o por convicción anterior, que éste rechazaría la intervención en esa situación.
  • Sin embargo, el médico siempre debe tratar de salvar la vida de un paciente inconsciente que ha intentado suicidarse.

5.- El Paciente legalmente incapacitado

  • La Declaración de Lisboa pone de relieve que el único criterio aceptable para discriminar entre los pacientes: es el de la urgencia relativa de sus necesidades médicas.[2]
    Incluso si el paciente es menor de edad o está legalmente incapacitado, se necesita el consentimiento de un representante legal en algunas jurisdicciones; sin embargo, el paciente debe participar en las decisiones al máximo que lo permita su capacidad.
  • Si el paciente incapacitado legalmente puede tomar decisiones racionales, éstas deben ser respetadas y él tiene derecho a prohibir la entrega de información a su representante legal.
  • Si el representante legal del paciente o una persona autorizada por el paciente, prohíbe el tratamiento que, según el médico, es el mejor para el paciente, el médico debe apelar de esta decisión en la institución legal pertinente u otra. En caso de emergencia, el médico decidirá lo que sea mejor para el paciente.

6.- Procedimientos contra la voluntad del paciente

  • El diagnóstico o tratamiento se puede realizar contra la voluntad del paciente, en casos excepcionales sola y específicamente si lo autoriza la ley y conforme a los principios de ética médica.

7.- Derecho a la información

  • El paciente tiene derecho a recibir información sobre su persona registrada en su historial médico y a estar totalmente informado sobre su salud, inclusive los aspectos médicos de su condición. Sin embargo, la información confidencial contenida en el historial del paciente sobre una tercera persona, no debe ser entregada a éste sin el consentimiento de dicha persona.
  • Excepcionalmente, se puede retener información frente al paciente cuando haya una buena razón para creer que dicha información representaría un serio peligro para su vida o su salud.
  • La información se debe entregar de manera apropiada a la cultura local y de tal forma que el paciente pueda entenderla.
  • El paciente tiene el derecho a no ser informado por su solicitud expresa, a menos que lo exija la protección de la vida de otra persona.
  • El paciente tiene el derecho de elegir quién, si alguno, debe ser informado en su lugar.

8.- Derecho al secreto

  • Toda la información identificable del estado de salud, condición médica, diagnóstico y tratamiento de un paciente y toda otra información de tipo personal, debe mantenerse en secreto, incluso después de su muerte. Excepcionalmente, los descendientes pueden tener derecho al acceso de la información que los prevenga de los riesgos de salud.
  • La información confidencial sólo se puede dar a conocer si el paciente da su consentimiento explícito o si la ley prevé expresamente eso. Se puede entregar información a otro personal de salud que presta atención, sólo en base estrictamente de «necesidad de conocer», a menos que el paciente dé un consentimiento explícito.
  • Toda información identificable del paciente debe ser protegida. La protección de la información debe ser apropiada a la manera del almacenamiento. Las substancias humanas que puedan proporcionar información identificable también deben protegerse del mismo modo.

9.- Derecho a la Educación sobre la Salud

  • En la Declaración de Lisboa se específica, que el médico tiene la obligación de dar a conocer a los pacientes las consecuencias que puede tener su consentimiento.[2]
    Toda persona tiene derecho a la educación sobre la salud para que la ayude a tomar decisiones informadas sobre su salud personal y sobre los servicios de salud disponibles. Dicha educación debe incluir información sobre los estilos de vida saludables y los métodos de prevención y detección anticipada de enfermedades. Se debe insistir en la responsabilidad personal de cada uno por su propia salud. Los médicos tienen la obligación de participar activamente en los esfuerzos educacionales.

10.- Derecho a la dignidad

  • La dignidad del paciente y el derecho a su vida privada deben ser respetadas en todo momento durante la atención médica y la enseñanza de la medicina, al igual que su cultura y sus valores.
  • El paciente tiene derecho a aliviar su sufrimiento, según los conocimientos actuales.
  • El paciente tiene derecho a una atención terminal humana y a recibir toda la ayuda disponible para que muera lo más digna y aliviadamente posible.

11.- Derecho a la Asistencia Religiosa

  • El paciente tiene derecho a recibir o rechazar asistencia espiritual y moral, inclusive la de un representante de su religión.

Otras voces

Bibliografía

  • Asociación Médica Mundial (Octubre 1975). «Voz:Declaración de Lisboa». Reafirmada por la 200ª Sesión del Consejo de la AMM, en Oslo, Noruega, en abril 2015.

Referencias

  1. Asamblea Médica Mundial (Septiembre-octubre de 1981). «Cartas de Derechos del Paciente». Bol of Sanim Panam 108: 5 - 6. Consultado el 1 de octubre de 2020. 
  2. 2,0 2,1 Comisión Nacional de los Derechos Humanos (2017). «Códigos Éticos Pertinentes». Instituto de investigaciones jurídicas de la UNAM. Consultado el 1 de octubre de 2020.