Diferencia entre revisiones de «Eutanasia»

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Ya en la Edad Moderna hay quien presenta a Tomás Moro como un defensor de la eutanasia en su libro ''Utopía ''(1516); es cierto que en la obra se indica que los sacerdotes y magistrados trataban de persuadir a los enfermos incurables de la bondad de la muerte, causada por sí mismo o por otros. No obstante, el carácter literario del relato y el tono irónico empleado por el autor en muchos de sus pasajes impiden afirmar con rotundidad que Moro defendiese la licitud moral de la eutanasia y del suicidio asistido <ref>{{cita web|autor=Moro,Tomás|título=Utopía|url=http://www.laeditorialvirtual.com.ar/pages/Moro_Tomas/TomasMoro_Utopia.htm#C15|fechaacceso=19 de enero de 2013}}</ref>. Francis Bacon (''Novum Organum,'' 1623) acuñó el término «eutanasia exterior» para referirse a la misión de los médicos de facilitar la ''partida de esta vida ''a los enfermos incurables <ref>{{cita publicación|apellido=Aller|nombre=Germán|coautores=Langón Cuñarro,M.|título=Eutanasia, eugenesia y vida|publicación=Criminología y derecho penal|año=2005|volumen=I|páginas=1-2|url=http://www.fder.edu.uy/contenido/penal/pdf/aller-eutanasia.pdf}}</ref>.  
Ya en la Edad Moderna hay quien presenta a Tomás Moro como un defensor de la eutanasia en su libro ''Utopía ''(1516); es cierto que en la obra se indica que los sacerdotes y magistrados trataban de persuadir a los enfermos incurables de la bondad de la muerte, causada por sí mismo o por otros. No obstante, el carácter literario del relato y el tono irónico empleado por el autor en muchos de sus pasajes impiden afirmar con rotundidad que Moro defendiese la licitud moral de la eutanasia y del suicidio asistido <ref>{{cita web|autor=Moro,Tomás|título=Utopía|url=http://www.laeditorialvirtual.com.ar/pages/Moro_Tomas/TomasMoro_Utopia.htm#C15|fechaacceso=19 de enero de 2013}}</ref>. Francis Bacon (''Novum Organum,'' 1623) acuñó el término «eutanasia exterior» para referirse a la misión de los médicos de facilitar la ''partida de esta vida ''a los enfermos incurables <ref>{{cita publicación|apellido=Aller|nombre=Germán|coautores=Langón Cuñarro,M.|título=Eutanasia, eugenesia y vida|publicación=Criminología y derecho penal|año=2005|volumen=I|páginas=1-2|url=http://www.fder.edu.uy/contenido/penal/pdf/aller-eutanasia.pdf}}</ref>.  


Desde finales del siglo XIX la eutanasia conocería un nuevo impulso en gran medida gracias a la aparición de teorías e ideologías como la eugenesia, es decir la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana <ref>{{cita publicación|apellido=Real Academia Española|título=Diccionario de la Lengua Española|url=http://lema.rae.es/drae/?val=eugenesia|fechaacceso=19 de enero de 2013}}</ref>; y el darwinismo social según el cuál en las sociedades solo sobrevivían los más aptos. Aunque hay muchos más ejemplos, en 1873 Samuel D. Williams escribe el artículo ''Eutanasia'''' en la revista ''''Popular Science Monthly''en el que defiende la eutanasia realizada por médicos y aplicada a pacientes que la solicitaran y con el fin de evitar el dolor <ref>{{cita publicación|apellido=Von Engelhardt|nombre=Dietrich|título=La eutanasia, entre el acortamiento de la vida y el apoyo a morir: experiencias del pasado, retos del presente|publicación=Acta Bioética|año=2002|volumen=I|páginas=60|url=http://www.scielo.cl/pdf/abioeth/v8n1/art07.pdf}}</ref>.
Desde finales del siglo XIX la eutanasia conocería un nuevo impulso en gran medida gracias a la aparición de teorías e ideologías como la eugenesia, es decir la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana <ref>{{cita publicación|apellido=Real Academia Española|título=Diccionario de la Lengua Española|url=http://lema.rae.es/drae/?val=eugenesia|fechaacceso=19 de enero de 2013}}</ref>; y el darwinismo social según el cuál en las sociedades solo sobrevivían los más aptos. Aunque hay muchos más ejemplos, en 1873 Samuel D. Williams escribe el artículo ''Eutanasia'' en la revista ''''Popular Science Monthly''en el que defiende la eutanasia realizada por médicos y aplicada a pacientes que la solicitaran y con el fin de evitar el dolor <ref>{{cita publicación|apellido=Von Engelhardt|nombre=Dietrich|título=La eutanasia, entre el acortamiento de la vida y el apoyo a morir: experiencias del pasado, retos del presente|publicación=Acta Bioética|año=2002|volumen=I|páginas=60|url=http://www.scielo.cl/pdf/abioeth/v8n1/art07.pdf}}</ref>.
 
 


Entre mayo de 1940 y septiembre de 1941 el nazismo puso en marcha un programa sistemático de eutanasia aplicada sobre deficientes físicos y mentales; el plan se denominó Eutanasia T4 y fue dirigido por Karl Brandt, médico que contaba con un nutrido equipo de profesionales (unos 350 médicos); utilizaron cámaras de gas <ref>{{cita web|título=El castillo de la eutanasia|url=http://www.elmundo.es/ladh/numero135/todo1.html|fechaacceso=19 de enero de 2013|obra=La aventura de la historia}}</ref>.


A finales de agosto de 1942 Hitler detuvo el programa debido a las protestas y denuncias públicas. Sin embargo, en agosto de 1942 se reanudaron las operaciones más discretamente, utilizando fármacos e inyectables o privando a los pacientes  (enfermos, discapacitados, ancianos, heridos …) de alimentos. Este programa continuó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que solo entre 1939 y 1941, alrededor de 70.000 personas murieron en el programa de eutanasia, aunque en el proceso de  Nuremberg se estimó un total de 275.000 personas víctimas de la eutanasia nazi <ref>{{cita web|autor=United States Holocaust Memorial Museum|título=El programa de eutanasia|url=http://www.ushmm.org/wlc/es/article.php?ModuleId=10007017)|fechaacceso=19 de enero de 2013|idioma=Castellano}}</ref>.


==Referencias==
==Referencias==

Revisión del 00:35 20 ene 2013

El término eutanasia deriva del griego: ευ eu (‘bueno’) y θάνατος thanatos (‘muerte’). Este significado etimológico, sin embargo, ha dejado de tener uso social [1]. Modernamente el término eutanasia se refiere a la conducta (acción u omisión) intencionalmente dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave e irreversible, por razones compasivas y en un contexto médico. [1].

Según el Diccionario de la Real Academia Española, eutanasia es la «acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él» y, en el ámbito de la medicina, «muerte sin sufrimiento físico» [2].

Según la Asociación Médica Mundial, es un «acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares» [3].

La Organización Médica Colegial española (OMC), por su parte, entiende que se trata de «la acción u omisión, directa e intencionada, encaminada a provocar la muerte de una persona que padece una enfermedad avanzada o terminal, a petición expresa o reiterada de esta» [4].

Tipos de eutanasia

Pueden distinguirse los siguientes tipos [5]:

  • Eutanasia voluntaria: la que se lleva a cabo con consentimiento del paciente.
  • Eutanasia involuntaria: la practicada contra la voluntad del paciente, que manifiesta su deseo de no morir. Más que de eutanasia habría que hablar de homicidio [4].
  • Eutanasia no voluntaria: la que se practica no constando el consentimiento del paciente, que no puede manifestar ningún deseo, como sucede en casos de niños y pacientes que no han expresado directamente su consentimiento informado.
  • Eutanasia activa: la que mediante una acción positiva provoca la muerte del paciente.
  • Eutanasia pasiva: el dejar morir intencionadamente al paciente por omisión de cuidados o tratamientos que están indicados y son proporcionados. Suele hablarse de eutanasia sin más.

La SECPAL advierte de la confusión que existe en torno a la expresión eutanasia pasiva, afirmando que «tan eutanasia es inyectar un fármaco letal como omitir una medida terapéutica que estuviera correctamente indicada, cuando la intención y el resultado es terminar con la vida del enfermo». Según explica, no debe confundirse la eutanasia pasiva con el rechazo de tratamientos o la aplicación de terapias paliativas que tengan como efecto indirecto y no deseado el acortar la vida del paciente [6].

La OMC, sin embargo, define la eutanasia pasiva «como la interrupción o no inicio de medidas terapéuticas o innecesarias en un enfermo que se encuentre en situación de enfermedad terminal», aclarando que esta práctica en realidad no es eutanasia [7].

Otros términos relacionados con el final de la vida

A menudo se confunde eutanasia con suicidio asistido o «acto de ayudar a suicidarse en el caso en el que la persona no sea capaz de hacerlo por sus propios medios» [8]. La OMC proporciona una definición diferente al indicar que, para que exista suicidio médicamente asistido, debe intervenir un médico que proporcione la medicación necesaria a un enfermo para que él mismo se la administre [9].

Por su parte, la distanasia o encarnizamiento terapéutico es la práctica de aplicar tratamientos inútiles o desproporcionadamente molestos para el resultado que se espera de ellos [10]. Con más detalle, precisa la SECPAL que el encarnizamiento médico incluye «prácticas diagnósticas o terapéuticas que no benefician realmente al enfermo y le provocan un sufrimiento innecesario, generalmente en ausencia de una adecuada información» [11]. La OMC recomienda no utilizar el término «encarnizamiento» y prefiere sustituirlo por «obstinación» [12].En todo caso, unos y otros dejan claro que se trata de una práctica contraria a la ética profesional.

La ortotanasia es permitir que la muerte sobrevenga en enfermedades incurables y terminales, tratándolas con los máximos tratamientos paliativos para evitar sufrimientos, recurriendo a medidas razonables. Consiste, por tanto, en no adelantar la muerte con una acción médica intencional [13].En la ortotanasia se aplican todas las medidas encaminadas a mejorar la calidad de vida de los enfermos (procurando la comodidad del paciente, su alimentación, aseo y administración de sedantes y analgésicos) [14].

La enfermedad o situación terminales la enfermedad incurable, avanzada e irreversible, con un pronóstico de vida limitado a semanas o meses [15].

Los cuidados paliativos tienen como objeto aliviar los síntomas (especialmente el dolor) que provocan sufrimiento y deterioran la calidad de vida del enfermo en situación terminal. Incluyen el uso de sedantes y analgésicos en la dosis necesaria para alcanzar los objetivos terapéuticos, aunque se pudiera ocasionar indirectamente un adelanto del fallecimiento [16]. La OMC amplia la definición al indicar que son un «conjunto coordinado de intervenciones sanitarias dirigidas, desde un enfoque integral, a la promoción de la calidad de vida de los pacientes y sus familias» [17].

La sedación paliativa es la disminución deliberada de la conciencia del enfermo mediante la administración de los fármacos apropiados con el objetivo de evitar un sufrimiento insostenible causado por uno o más síntomas refractarios. Cuando el enfermo se encuentra en sus últimos días u horas de vida, hablamos de sedación en la agonía [18]. Este último concepto es similar a la sedación terminalo «administración deliberada para logar el alivio, inalcanzable con otras medidas, de un sufrimiento físico y/o psicológico, mediante la disminución suficientemente profunda y previsiblemente irreversible, de la conciencia, en un paciente cuya muerte se prevé muy próxima, con el consentimiento explícito, implícito o delegado del mismo». Conviene precisar que la sedación terminal es una herramienta terapéutica que surge a propuesta del profesional médico cuando el paciente no responde a otros tratamientos y después de haber agotado otras posibilidades terapéuticas. De hecho, se debe distinguir entre sedaciones no indicadas (cuando la sintomatología del paciente indica que este no requiere sedación), contraindicadas (cuando se aplica en una situación clínica que no la requiere y la sedación provoca directamente la muerte del paciente) y desproporcionadas (cuando la sedación no se aplica en dosis equilibradas ni con el tiempo de administración correcto). [19].

Con frecuencia se confunde sedación paliativa con eutanasia; la diferencia la explica el Dr. Martínez Sellés al indicar que difieren en los siguientes aspectos

[20]:


  • El objetivo: la eutanasia busca provocar la muerte del paciente mientras la sedación paliativa pretende aliviar el sufrimiento.
  • La indicación: la eutanasia pretende conseguir la muerte de forma deliberada mientras la sedación paliativa busca controlar síntomas refractarios a otros tratamientos.
  • El procedimiento: la eutanasia utiliza el fármaco en dosis que se sabe provocarán la muerte mientras la sedación paliativa utiliza la mínima dosis posible.
  • El parámetro del éxito: para la eutanasia, provocar la muerte; para la sedación paliativa, el alivio del sufrimiento.


Finalmente, es frecuente que algunas personas, incluso legisladores, utilicen la expresión «muerte digna»; como bien indica la OMC, se trata de un concepto muy confuso porque hace referencia a un instante y el morir es un proceso. Martinez Sellés es de la misma opinión y aclara que la dignidad no se fundamenta en las circunstancias de la muerte o de la vida sino en el hecho de pertenecer a la especie humana [21].José El profesor Serrano Ruiz-Calderón indica que este concepto despierta suspicacias con toda razón, «entre nuestros ciudadanos más vulnerables» y que en realidad, la eutanasia «ha sido rebautizada como muerte digna» [22].

Historia

Se tiene conocimiento de la existencia de la eutanasia desde la Edad Antigua. Sin embargo, en las culturas griegas y romanas, el concepto de «eutanasia» se identificaba con su sentido etimológico de buena muerte, es decir el estado mental o espiritual de la persona en los momentos finales de su vida. La eutanasia no era, por tanto, una ayuda para morir sino una forma de morir [23]. La práctica del suicidio y de la asistencia al mismo estaba extendida e incluso justificada por filósofos como Platón, quien defiende que «quien no es capaz de vivir desempeñando las funciones que le son propias no debe recibir cuidados por ser una persona inútil tanto para sí mismo como para la sociedad»; sobre las «personas constitucionalmente enfermizas o de costumbres desarregladas», el filósofo griego recoge como criterio médico aceptable que, «como la prolongación de su vida no había de reportar ventaja alguna a sí mismos ni a sus prójimos, no debía aplicarse a estos seres el arte médico ni era posible atenderles» [24]. El fundador del estoicismo, el filósofo griego Zenón (siglo iv a.C.), no solo legitimaba el suicidio sino que él mismo puso fin a su vida, al igual que Epicuro (siglo IV a.C.), ya que la aversión de los epicúreos hacia el dolor les hacía justificar, en casos extremos, el suicidio [25].Plutarco explica que en Esparta, los niños discapacitados, considerados inútiles para la guerra, eran arrojados al barranco de Taigeto [26]. No obstante, el primer código deontológico médico conocido, el Juramento hipocráticoJuramento Hipocrático (siglo V-IV a.C.), incluye claramente la promesa de no dar a nadie «una droga mortal, aun cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin» [27].

La ley de Moisés característica del judaísmo prohibía provocar la muerte a un semejante; en el mismo sentido se pronunció el cristianismo. La moral judeocristiana obligaba no solo a respetar la vida como un don que solo Dios puede dar y quitar sino a cuidar de enfermos y moribundos, como atestiguan las innumerables órdenes e instituciones religiosas dedicadas a atenderles. El sentido cristiano del sufrimiento, capaz de unirse a la pasión de Cristo y redimir a otros, otorga una dimensión sobrenatural a la enfermedad. Esta mentalidad presidió el pensamiento occidental durante toda la Edad Media.

Ya en la Edad Moderna hay quien presenta a Tomás Moro como un defensor de la eutanasia en su libro Utopía (1516); es cierto que en la obra se indica que los sacerdotes y magistrados trataban de persuadir a los enfermos incurables de la bondad de la muerte, causada por sí mismo o por otros. No obstante, el carácter literario del relato y el tono irónico empleado por el autor en muchos de sus pasajes impiden afirmar con rotundidad que Moro defendiese la licitud moral de la eutanasia y del suicidio asistido [28]. Francis Bacon (Novum Organum, 1623) acuñó el término «eutanasia exterior» para referirse a la misión de los médicos de facilitar la partida de esta vida a los enfermos incurables [29].

Desde finales del siglo XIX la eutanasia conocería un nuevo impulso en gran medida gracias a la aparición de teorías e ideologías como la eugenesia, es decir la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana [30]; y el darwinismo social según el cuál en las sociedades solo sobrevivían los más aptos. Aunque hay muchos más ejemplos, en 1873 Samuel D. Williams escribe el artículo Eutanasia en la revista ''Popular Science Monthlyen el que defiende la eutanasia realizada por médicos y aplicada a pacientes que la solicitaran y con el fin de evitar el dolor [31].

Entre mayo de 1940 y septiembre de 1941 el nazismo puso en marcha un programa sistemático de eutanasia aplicada sobre deficientes físicos y mentales; el plan se denominó Eutanasia T4 y fue dirigido por Karl Brandt, médico que contaba con un nutrido equipo de profesionales (unos 350 médicos); utilizaron cámaras de gas [32].

A finales de agosto de 1942 Hitler detuvo el programa debido a las protestas y denuncias públicas. Sin embargo, en agosto de 1942 se reanudaron las operaciones más discretamente, utilizando fármacos e inyectables o privando a los pacientes (enfermos, discapacitados, ancianos, heridos …) de alimentos. Este programa continuó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que solo entre 1939 y 1941, alrededor de 70.000 personas murieron en el programa de eutanasia, aunque en el proceso de Nuremberg se estimó un total de 275.000 personas víctimas de la eutanasia nazi [33].

Referencias

  1. 1,0 1,1 Comité de Ética de la SECPAL (2005). «Declaración sobre la eutanasia de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos». Revista medicina paliativa 9 (1): 37-40. Consultado el 21 de octubre de 2012. 
  2. Real Academia Española. «Diccionario de la lengua española». Consultado el 13 de enero de 2013. 
  3. Asociación Médica Mundial (20 de marzo de 2001). «Resolución sobre la eutanasia». Consultado el 13 de enero de 2013. 
  4. 4,0 4,1 Organización Médica Colegial; Grupo de trabajo "Atención médica al final de la vida". Atención médica al final de la vida. Conceptos. Consultado el 13 de enero de 2013. 
  5. Nombela Cano, C.; López Timoneda, F; Serrano Ruiz-Calderón, J.M.; Postigo Solana, E.; Abellán Salort, J.C.; Prensa Sepúlveda, L. (23 de septiembre de 2008). La eutanasia: perspectiva ética, jurídica y médica. 
  6. Medicina Paliativa. Op.cit. pp. 38-39. 
  7. OMC,op.cit. p. 4 https://www.cgcom.es/sites/default/files/Atencion%20M%C3%A9dica%20al%20final%20de%20la%20vida_2_0.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  8. Nombela Cano y otros, op.cit. p. 4 http://eprints.ucm.es/11693/1/La_Eutanasia_perspectiva_etica_juridica_y_medica.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  9. OMC,op.cit. p. 4 https://www.cgcom.es/sites/default/files/Atencion%20M%C3%A9dica%20al%20final%20de%20la%20vida_2_0.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  10. Nombela Cano y otros, op.cit. p. 4 http://eprints.ucm.es/11693/1/La_Eutanasia_perspectiva_etica_juridica_y_medica.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  11. op.cit. Medicina Paliativa. p. 38. 
  12. OMC,op.cit. p. 5 https://www.cgcom.es/sites/default/files/Atencion%20M%C3%A9dica%20al%20final%20de%20la%20vida_2_0.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  13. Nombela Cano y otros, op.cit. p. 4 http://eprints.ucm.es/11693/1/La_Eutanasia_perspectiva_etica_juridica_y_medica.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  14. Martínez Sellés, Manuel. «La muerte, reflexiones desde la bioética». Premio Hipócrates 2010 del Colegio Oficial de Médicos de Madrid: 12. 
  15. OMC,op.cit. p. 8 https://www.cgcom.es/sites/default/files/Atencion%20M%C3%A9dica%20al%20final%20de%20la%20vida_2_0.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  16. Op.cit. Medicina paliativa. p. 38. 
  17. OMC,op.cit. p. 38 https://www.cgcom.es/sites/default/files/Atencion%20M%C3%A9dica%20al%20final%20de%20la%20vida_2_0.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  18. OMC,op.cit. p. 8 https://www.cgcom.es/sites/default/files/Atencion%20M%C3%A9dica%20al%20final%20de%20la%20vida_2_0.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  19. Profesionales por la Ética. ¿Ley de muerte digna o eutanasia encubierta?. pp. 9,10. 
  20. Martínez Sellés, op.cit. p. 52 http://www.profesionalesetica.org/wp-content/uploads/2010/10/MARTINEZ-SALLES-La-muerte-reflexiones-desde-la-Bio%C3%A9tica-oct-2009.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  21. Martínez Sellés, Manuel. Op.cit. p. 8 http://www.profesionalesetica.org/wp-content/uploads/2010/10/MARTINEZ-SALLES-La-muerte-reflexiones-desde-la-Bio%C3%A9tica-oct-2009.pdf.  Falta el |título= (ayuda)
  22. Serrano Ruíz-Calderón, José Miguel (2012). «Política de Estado ante el final de la vida. La transformación de la deontlogía médica». Cuadernos de Bioética. 1ª: 132. 
  23. Drane, James. Eutanasia y suicidio asistido en las culturas antigua y contemporánea. p. 36. 
  24. Platón. «La República». Consultado el 19 de enero de 2013. «Cap.III». 
  25. «Estoicismo». Historia de la filosofía. Consultado el 19 de enero de 2013. 
  26. Cruz García,Álvaro. «Sociedad y educación en Esparta». Artehistoria. Consultado el 19 de enero de 2013. 
  27. «Juramento Hipocrático». Consultado el 19 de enero de 2013. 
  28. Moro,Tomás. «Utopía». Consultado el 19 de enero de 2013. 
  29. Aller, Germán; Langón Cuñarro,M. (2005). «Eutanasia, eugenesia y vida». Criminología y derecho penal I: 1-2. 
  30. Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Consultado el 19 de enero de 2013. 
  31. Von Engelhardt, Dietrich (2002). «La eutanasia, entre el acortamiento de la vida y el apoyo a morir: experiencias del pasado, retos del presente». Acta Bioética I: 60. 
  32. «El castillo de la eutanasia». La aventura de la historia. Consultado el 19 de enero de 2013. 
  33. United States Holocaust Memorial Museum. «El programa de eutanasia». Consultado el 19 de enero de 2013.