Diferencia entre revisiones de «Principio de beneficencia»

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Como en los casos anteriores, también el principio de beneficencia incluye reglas más específicas. Los ejemplos que se citan en el libro son: «proteger y defender los derechos de los demás, prevenir de un posible daño a otros; eliminar aquellas condiciones que lo pudieran provocar, ayudar a las personas incapacitadas, y rescatar a las personas en peligro» <ref>{{cita libro|título=Principles of biomedical Ethics|páginas=167}}</ref>.
Como en los casos anteriores, también el principio de beneficencia incluye reglas más específicas. Los ejemplos que se citan en el libro son: «proteger y defender los derechos de los demás, prevenir de un posible daño a otros; eliminar aquellas condiciones que lo pudieran provocar, ayudar a las personas incapacitadas, y rescatar a las personas en peligro» <ref>{{cita libro|título=Principles of biomedical Ethics|páginas=167}}</ref>.
Como es fácil de adivinar, la especificación de las reglas morales en este caso es menos “específica” que en los anteriores. Es lógico debido a la propia naturaleza del principio. Se descubre una seria dificultad para concretar las reglas debido en buena parte al fuerte carácter de obligación que posee el principio.Beauchamp y Childress dedican varias páginas del texto a intentar delinear
hasta dónde llega la obligación de actuar en beneficio de los demás, ya que se dan perfecta cuenta de que «existen ideales de beneficencia que suponen una generosidad extrema», que no serían obligatorios <ref>{{cita libro|apellidos=Beuchamp|nombre=T.L.|título=A History and Theory of Informed Consent|año=1983|editorial=Oxford University Press|páginas=12|ubicación=New York}}</ref>.


==Referencias==
==Referencias==

Revisión del 22:17 24 feb 2013

La beneficencia forma parte de la tradición hipocrática y ha permeado la ética médica desde sus orígenes hasta nuestros días. Aceptada sin problema alguno durante muchos siglos ha sido puesta en tela de juicio en la modernidad conforme ha aumentado la importancia de la autonomía de la persona. La consecuencia principal ha sido el notable cambio en el modo de entender la relación entre el médico y el paciente. Cambio que ha llevado consigo una transformación profunda de la medicina contemporánea,donde el valor de la confianza ha sido sustituido, en no pocas ocasiones,por el del contrato. De un extendido paternalismo médico,que suponía a veces un verdadero abuso por parte del personal sanitario, se ha llegado a una relación que resulta más propia del intercambio mercantil.

Beauchamp y Childress distinguen entre la beneficencia como acto concreto, la benevolencia como virtud, y el principio de beneficenciaque indica «la obligación moral de actuar en beneficio de los otros»[1]

Quedarían fuera de este principio otras formas de atención (cuyo contenido no especifican), y lo que aúnan bajo el nombre de ideales de beneficencia no obligatorios. A su vez, distinguen dos elementos dentro del principio: la llamada beneficencia positiva (positive beneficence), que se refiere a la obligación de proporcionar un beneficio; y el principio de utilidad (utility), que sería una extensión de la anterior para aquellos casos en los que entran en juego riesgos y beneficios. Y es que muchas de las acciones de beneficencia no están libres de consecuencias negativas.

Esto hace necesario que el agente deba realizar una ponderación de beneficios e inconvenientes, con el objeto de conseguir el mejor resultado posible. En todo caso, este principio de utilidad no es el propio de las teorías utilitaristas, donde ocupa la primacía del juicio moral. En este caso se trata de un principio prima facie al servicio de la beneficencia [2].

Las obligaciones de beneficiencia

Como en los casos anteriores, también el principio de beneficencia incluye reglas más específicas. Los ejemplos que se citan en el libro son: «proteger y defender los derechos de los demás, prevenir de un posible daño a otros; eliminar aquellas condiciones que lo pudieran provocar, ayudar a las personas incapacitadas, y rescatar a las personas en peligro» [3].


Como es fácil de adivinar, la especificación de las reglas morales en este caso es menos “específica” que en los anteriores. Es lógico debido a la propia naturaleza del principio. Se descubre una seria dificultad para concretar las reglas debido en buena parte al fuerte carácter de obligación que posee el principio.Beauchamp y Childress dedican varias páginas del texto a intentar delinear

hasta dónde llega la obligación de actuar en beneficio de los demás, ya que se dan perfecta cuenta de que «existen ideales de beneficencia que suponen una generosidad extrema», que no serían obligatorios [4].

Referencias

  1. Principles of Biomedical Ethics. 1979. p. 166. 
  2. Principles of Biomedical Ethics. 1979. p. 166. 
  3. Principles of biomedical Ethics. p. 167. 
  4. Beuchamp, T.L. (1983). A History and Theory of Informed Consent. New York: Oxford University Press. p. 12.