Perspectiva de género
El tema del género es un tema frecuente en los debates sociales. Se suele hablar de género sin más, o de perspectiva de género, y también de ideología de género.
Por perspectiva de género, parece entenderse que la realidad que se contempla debe enfocarse desde la consideración -la perspectiva- del concepto de género. Sin embargo, esta consideración de la perspectiva no acaba de aclarar el significado de lo que se pretende, porque, a su vez, el término género es susceptible de diversos significados.
Esto es lo que lleva a que algunos hablen de ideología de género, para referirse a una perspectiva que adopta un concreto concepto de género. Este concepto supone no sólo investigar cómo aparece el género en la realidad, sino que adopta una concreta antropología que va hacerse presente en todas las conclusiones que se adopten cuando se parte de la perspectiva de género, de ese concepto de género específicamente.
También en muchas ocasiones se habla de estudios de género para los estudios que tradicionalmente se han llevado a cabo, empezando por universidades anglosajonas, sobre el género. Pero en bastantes ocasiones esos estudios se hacen de una antropología específica que es la que utiliza la ideología de género, por eso suelen asimilarse a esta[1].
Otros niegan que se haya producido este cambio antropológico, y por tanto que exista una ideología de género. "Los estudios sobre el gender tienen como finalidad sobre todo combatir contra las discriminaciones y las violencias padecidas por ser mujeres, homosexuales o transexuales, que son considerados como inferiores sólo a causa de su propio sexo, su propia orientación sexual o su propia identidad de género. (...) Este es el motivo por el que, desde hace tiempo, me ocupo del gender y no comprendo cómo es que existía hasta hoy tanta hostilidad y tanto miedo respecto a él".[2][3][4]
¿Qué es el género?
Los términos sexo y género han significan cosas diferentes y además no siempre se utilizan en el mismo sentido, por lo que no resulta fácil definirlos. De hecho, han sufrido una evolución profunda desde que se comenzó a utilizar esta distinción hasta la actualidad.
El término género procede del campo de la lingüística y designa una propiedad de algunos términos gramaticales. Así, en español, como en otros idiomas, los sustantivos, pronombres, adjetivos y algunas formas verbales pueden tener tres géneros: masculino, femenino y neutro. En los años cincuenta el término género -gender- comenzó a utilizarse en el ámbito anglosajón para referirse a los dos sexos: masculino y femenino, de tal manera que en aquel entonces los términos gender y sex se consideraban sinónimos
A partir de los años sesenta se empezó a utilizar en ámbitos psiquiátricos con relación a pacientes transexuales para explicar cómo algunas personas estaban supuestamente atrapadas en el cuerpo equivocado. Se distinguía entre la dimensión biológica – el sexo – y la dimensión psíquica – el género – del sujeto[5]. Pronto una parte del movimiento feminista se apropió de esta terminología pues resultaba muy útil para superar el determinismo biológico[6] y demostrar que muchas de las diferencias entre hombres y mujeres eran causadas por la sociedad y, por tanto, susceptibles de cambio[7].
Desde entonces el término "género" se ha ido introduciendo gradualmente en todos los ámbitos, a pesar de que plantea muchos interrogantes y de que no se acaba de definir con claridad. Es un término omnipresente en las agendas internacionales y es defendido por una parte del movimiento feminista. Desde la Conferencia de Beijing de 1995 los debates sobre el género son perennes en Naciones Unidas. Pero lo cierto es que el término frecuentemente se utiliza de forma ambigua.
En el ámbito internacional del Derecho de los Tratados, la única definición de "género" que obliga a los Estados partes es la contenida en el Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional, que entró en vigor el 1 de julio de 2002 y que en su artículo 7.3 establece: "A los efectos del presente Estatuto se entenderá que el término "género" se refiere a los dos sexos, masculino y femenino, en el contexto de la sociedad. El término "género" no tendrá más acepción que la que antecede"[8].
Sin embargo, de hecho, y a partir de la Conferencia de Beijing (1995) se ha ido imponiendo el término "género" con el significado de constructo social, como las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo[9].
Esta es la significación preponderante en la actualidad: se distingue entre lo que es dado por la naturaleza biológica, a lo que se le denomina "sexo", de las construcciones culturales hechas según los roles o estereotipos que cada sociedad asigna a los sexos, a las que se denomina "género". El punto en discusión normalmente es si el género tiene alguna relación con el sexo o es puro constructor social del que desprenderse para elegir con total autonomía social, pero también biológica el género que se quiere tener en cada momento, y con posibilidad de cambiarlo. En una evolución posterior la [Teoría Queer] mantendrá que el sexo es también construido.
El Consejo de Europa ha aprobado en 2011 un Convenio en el que se define que el término "género" "significará los roles, comportamientos, actividades y atributos construidos socialmente que una sociedad determinada considere apropiados para mujeres y hombres"[10].
De la perspectiva de género a la ideología de género
Los estudios sobre el género no sólo han abarcado una gran cantidad de cuestiones distintas, sino que han ido evolucionando en el mismo concepto de género.
Prácticamente nadie niega hoy la diferencia entre sexo y género. El carácter biológico-corporal del primero y el carácter predominante cultural del segundo. De la identificación de sexo igual a género, se ha pasado a la contemplación del binomio sexo-género
Tampoco se niega el papel que ha tenido esta evolución para la defensa de los derechos humanos en el caso de las mujeres, los homosexuales, y los transexuales.
Tener en cuenta estas realidades a la hora de comprender algunos fenómenos sociales -no toda la realidad personal o social-, es lo que podríamos llamar "perspectiva de género" que puede promover diversas propuestas prácticas a la hora de enfocar temas de trascendencia social.
La discusión está en si los "estudios de género" han desarrollado una teoría común (teoría de género) que supone no sólo una descripción sobre la construcción del género sino un verdadero cambio antropológico. Se ha cambiado la concepción de lo que significa ser hombre, ser persona humana. Esta nuevo paradigma del ser hombre se constituye en una afirmación que ya no es confrontada con la realidad y que pueda haberse convertido en una verdadera ideología (ideología de género)[11] .
Algunos niegan que esto haya ocurrido. "Los estudios sobre el gender tienen como finalidad sobre todo combatir contra las discriminaciones y las violencias padecidas por ser mujeres, homosexuales o transexuales, que son considerados como inferiores sólo a causa de su propio sexo, su propia orientación sexual o su propia identidad de género. (...) Este es el motivo por el que, desde hace tiempo, me ocupo del gender y no comprendo cómo es que existía hasta hoy tanta hostilidad y tanto miedo respecto a él".[12][13][14]
Por otra parte también parece claro que junto a la defensa de la mujer y de colectivos LGTBI, se produce una reflexión sobre el significado de la sexualidad, la corporalidad y la identidad humana. En el caso de los estudios de género, y del feminismo radical, se ha partido de postulados freudianos, marxistas y estructuralistas, y con ello se ha llegado a proponer una nueva forma de entender el ser humano. Es decir se ha elaborado una nueva antropología.
Quizá este cambio se produce al pasar de defender los derechos de los perseguidos, a negar el valor teórico de la heterosexualidad. Butler recogerá de Wittig que "el objetivo de su planteamiento no es feminizar el mundo, sino hacer que las categorías de sexo se queden anticuadas en el lenguaje"[15] y le atribuirá que "su propósito no es llamar la atención sobre los derechos de las «mujeres» o las «lesbianas» como individuos, sino oponerse a la episteme heterosexista totalizadora por medio de un discurso invertido con la misma extensión y poder"[16]. Posteriormente, como se ha visto, se acabará negando el mismo valor de la corporalidad o de la mismidad de la persona. Por todos estos motivos para muchos se puede hablar de una teoría de género que cambia profundamente la imagen del varón y de la mujer.
Desde esta perspectiva de género, la diferencia sexual es artificial, producto de la cultura y de la sociedad. El hombre nace neutral en el estado de naturaleza y de inocencia previo al pacto social; es la sociedad quien le corrompe, quien le aliena, creando las diferencias sexuales. La diferencia sexual es la primera alienación del ser humano en el plano personal producida por la cultura impuesta por la vida social. Por lo tanto debe desaparecer todo lo que perpetúa socialmente esa alienación: lo que Alicia Miyares llama “instituciones socializadoras, es decir, la familia y el matrimonio” [17], así como todo lo que perpetúa personalmente esa alienación: la procreación entre los sexos, la maternidad y el parentesco; los hijos serán producto de encargo y la educación corresponderá al estado[18].
Estos nuevos planteamientos no sólo se proponen a nivel teórico, sino que se pretende incidir en la sociedad a través de la política, de la legislación, de la educación y de la sanidad, porque ahora ya no se trata de respetar la diversidad sino de cambiar (deconstruir) la realidad actual por otra nueva mediante la construcción de un nuevo ser humano en el que ya no habrá sexo o género sino sólo individuo.
Algunos han visto que este cambio antropológico unido a la voluntad de una revolución social llevada a cabo en el ámbito político hace que nos encontremos ante una ideología que han llamado: "ideología de género. No se trataría propiamente de una rama del feminismo, ni siquiera de un feminismo radical, sino de una ideología política que desde unos principios sencillos (la felicidad está en la realización de los deseos sexuales sin límite moral, legal o incluso corporal), mediante una estrategia política pretende establecer un modelo de sociedad que se considera infaliblemente el mejor y el más feliz[19].
De dónde surge la ideología de género
La ideología de género se defiende y promueve principalmente en el seno del feminismo radical, que surge en la segunda mitad del siglo XX y cuyos objetivos van mucho más allá de la reivindicación de la igualdad jurídica entre hombres y mujeres, propia del primer feminismo.
A lo largo de toda la historia ha habido mujeres que han luchado por sus derechos, pero se puede comenzar a hablar de "feminismo" a partir del siglo XIX[9]. El feminismo del siglo XIX y principios del siglo XX concentró su lucha en la erradicación de las desigualdades jurídicas, principalmente en el reconocimiento para la mujer del derecho al voto pero también en la reivindicación de reformas en la educación superior, en la legislación laboral y sanitaria. Este es el llamado "primer feminismo" o "first wave feminism".
A partir de los años sesenta se impuso en el seno del feminismo una corriente revolucionaria y radical, claramente influida por el informe Kinsey, elaborado en los años cuarenta,por la revolución sexual de los años sesenta y por corrientes de pensamiento neo-marxistas. Entre los autores que más influyeron en el feminismo radical podemos citar a Derrida, Foucault, Sigmund Freud, Wilhelm Reich, Karl Marx, Frederick Engels y Simone de Beauvoir.
En esos años se aceptan y se extienden los anticonceptivos, que permitieron separar, por un medio técnico, la sexualidad del peso de la fecundidad, quedando ésta al arbitrio autónomo de la pareja. A continuación se desvinculó la sexualidad del matrimonio y de todo compromiso, y, poco a poco, se fue desvinculando incluso del amor.
Así, lo sexual quedó reducido, para muchos, a una simple función biológica que proporciona placer. Un mecanismo anónimo y despersonalizado. Pura zoología. En este proceso tuvo una gran influencia la obra de un zoólogo norteamericano – Alfred C. Kinsey – quien en 1948 publicó un tratado titulado Sexual Behavior in The Human Male[20], y en 1953 otro titulado Sexual Behavior in The Human Female[21]. Estos dos libros sirvieron de base para la revolución sexual y para la educación sexual que se imparte todavía hoy en las escuelas de Estados Unidos y de gran parte del mundo. La tesis de Kinsey coloca todas las identidades y orientaciones sexuales al mismo nivel moral, social y antropológico, y la sexualidad pasa a considerarse como configuración personal realizada según la propia voluntad y completamente desligada de cualquier límite. Esto exige una "neutralidad" por parte de la sociedad para acoger cualquier comportamiento sexual. A esto se añade una concepción de la igualdad y la no discriminación como aceptación de igual valor ético para cualquier comportamiento siempre que no dañe directamente a los demás y se lleve a cabo con autonomía. Este planteamiento es el nuevo concepto de tolerancia como actitud social adecuada[22]
En 1949 se publicó el libro de Simone de Beauvoir Le deuxième sexe[23], que tuvo una influencia decisiva en la ideología de género. En él sostenía que las mujeres se hacen mujeres a través de un proceso mediante el cual adquieren rasgos femeninos y aprenden un comportamiento femenino que incluye el sometimiento a los hombres. Al otro lado del Atlántico, Betty Friedan publicaba en 1963 The Feminine Mystique, obra en la que parte de la convicción de que el "espíritu femenino" que las mujeres eran obligadas a adoptar suponía un grave obstáculo para su propio desarrollo y felicidad personal.
Por otra parte, en el seno del feminismo, a partir de los años sesenta se impone una corriente radical, neo-marxista, que interpreta la historia en clave de lucha, no de clases, sino de sexos. Entienden la historia como una larguísima sucesión de oprobios e injusticias cuyo sujeto activo siempre ha sido el hombre y el sujeto pasivo la mujer. Afirman que la mujer ha sido explotada por el hombre a lo largo de la historia mediante la imposición de roles y estereotipos sociales injustos y arbitrarios que la han mantenido apartada de la vida pública, privada de derechos y recluida en el ámbito familiar[24].Para superar esta injusticia histórica pretenden instaurar una sociedad en la que todos los individuos sean iguales, una sociedad sin diferencias entre los sexos en la que cada uno, independientemente de las características biológicas con las que nazca, escoja su propia identidad de género y su propia orientación sexual.
También contribuyó mucho a la difusión de la teoría de género el Dr. Money, quien sostenía que la identidad de género de una persona dependía de cómo había sido educado cada uno y que podía ser diversa del sexo biológico[25]. En la década de los setenta Money presentó una prueba que parecía irrefutable. Se trataba del caso de un gemelo monocigótico cuyo pene había sido seccionado al hacerle la circuncisión. El Dr. Money aconsejó a los padres que le extirparan los órganos sexuales y le educaran como si fuera una niña. En su libro Man and Woman, Boy and Girl, Money explicó que todo había sido un éxito y que el niño se había adaptado perfectamente al género femenino, lo cual parecía resolver definitivamente la cuestión "naturaleza frente a educación" en favor de la educación[26].
A pesar de que años más tarde se descubrió que el "experimento" de Money había sido un completo fracaso que había conducido al suicidio a los dos gemelos Reimar[27], en aquel entonces sus teorías fueron un potente acicate para consolidar la distinción entre sexo y género, entendiendo el sexo como lo biológicamente dado y el género como lo cultural y socialmente construido.
En una evolución posterior, el feminismo radical ha criticado la misma distinción misma entre sexo y género. Judith Butler sostiene que la distinción entre el sexo biológico y el género construido socialmente es ininteligible. Para ella, ambos son construidos socialmente. Defiende que sexo y género es lo mismo, es decir, que el sexo es una construcción social y que el sexo es género. No niega, evidentemente, que los cuerpos sexuados existen, sino que sostiene que nuestra comprensión de su existencia está condicionada socialmente, y nuestra manera de entender el género influye en cómo entendemos el sexo, de tal forma que la sexualidad no existe fuera de su significación social y el sexo es socialmente construido como el género[28].
El concepto clave en el pensamiento de Butler es el de "performatividad": el género no es una identidad estable de la cual se siguen los actos, sino que es instituido a través de una serie de repeticiones de actos habituales. Es decir, el género no es algo que uno es, es algo que uno hace; es más una secuencia de actos que una forma de ser. El género de cada uno depende de lo que hace. Por eso, si prescindiéramos de la heterosexualidad que fuerza a la gente a adoptar ciertos comportamientos no habría géneros en absoluto. Cada cual se comportaría como quisiera, de manera incondicionada, y construiría su propio género.
Se puede decir que el third wave feminism abandona la distinción entre sexo y género, no sólo porque no hay acuerdo entre las distintas propuestas sobre la construcción del género[29], sino porque se considera que el género no es uniforme y que no se puede describir un género femenino y un género masculino sin tener en cuenta las diferencias por razones de raza, clase, culturales, etc. Por tanto, asume el reto de transformar las definiciones "esencialistas" del feminismo de la segunda ola, que con frecuencia partían de la existencia de una identidad femenina universal que se identificaba con la experiencia de las mujeres norteamericanas de clase media. Una interpretación postestructural del género y la sexualidad es central para este feminismo de la tercera ola, que con frecuencia incorpora elementos de la teoría queer[30].
Conclusión
Parece que lo que se entienda por "perspectiva de género", viene lastrado por lo que se entienda por género. Por eso nos encontramos con una aplicación de la perspectiva de género para enfocar las cuestiones sociales que favorece la igualdad de oportunidades para todas las personas, pero también con una aplicación del concepto de "perspectiva de género" que propicia un cambio cultural mediante una nueva antropología que definiría lo que es género, sexo, familia, educación, inclusión y en definitiva lo que es ser humano.
Bibliografía
- María Lacalle Noriega. «La perspectiva de género». En José Juan García. Enciclopedia de Bioética
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Referencias
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- ↑ En base a esta concepción, que considera que nuestro comportamiento está prefijado genéticamente, se habían defendido cuestiones como la inconveniencia o innecesariedad de reconocer a la mujer el derecho al voto, pues se decía que la mujer no estaba por naturaleza interesada en esas cosas. O la necesidad de prohibirles el acceso a determinadas profesiones debido a su inestabilidad hormonal.María Lacalle Noriega. «La perspectiva de género». José Juan García, ed. Enciclopedia de Bioética.
- ↑ Ver, por ejemplo, GAYLE, Rubin: "Thinking Sex: Notes for a Radical Theory of the Politics of Sexuality", en VANCE, Carole, S.: Pleasure and Danger: Exploring Female Sexuality. London: Pandora, 1992, pp. 267-293; MOI, Toril: What is a Woman.Nueva York: Oxford University Press, 2001
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- Reimpreso como: Wittig, Monique (1986), «The mark of gender», Miller, Nancy K., ed., The poetics of gender, New York: Columbia University Press, pp. 63-73, ISBN 9780231063111.
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- ↑ cfr. Miyares, Alicia (2003). Democracia feminista. Cátedra. ISBN 9788437620800.
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- ↑ Kinsey, A.C., Pomery, W.B., Martin,C. E., & Gebhard, P.H. (1998 [reimpresión del original de 1953]) Sexual Behavior in the Human Female (Comportamiento sexual de la mujer). Bloomington: Indiana University Press. ISBN 0-253-33411-X.
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- ↑ Cfr. Colapinto, John: As Nature Made Him. Nueva York: Harper Collins, 2000
- ↑ "If the immutable character of sex is contested, perhaps this construct called 'sex' is asculturally constructed as gender; indeed, perhaps it was always already gender, with theconsequence that the distinction between sex and gender turns out to be no distinction at all". Butler, Judith, Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity. New York &London: Routledge, 1990. Chapter 1: "Subjects of Sex/Gender/Desire", p. 346
- ↑ "Así, para unos la construcción del género es producto de la educación y el aprendizaje social (Simone de Beauvoir); para otros es consecuencia de la personalidad que se desarrolla en las primeras etapas de la infancia como respuesta al estilo paterno y materno vividos (Nancy Chodorow); para otros es consecuencia de las relaciones sexuales de dominación y sumisión (Catherine McKinnon)… No hay acuerdo entre las autoras feministas respecto a qué prácticas sociales construyen el género, qué es exactamente la construcción social y qué significa pertenecer a un determinado género". En María Lacalle Noriega. «La perspectiva de género». En José Juan García. Enciclopedia de Bioética.
- ↑ La "teoría queer" supone una crítica paralela a la que antes se había producido en el seno del movimiento feminista a propósito del sujeto "mujeres". El feminismo de la tercera ola criticó el intento de "encajar" a la mujer en una descripción universal sin tener en cuenta las diferencias de clase, raza, cultura, etc. De la misma manera, la teoría queer rechaza el que se tienda a homogeneizar las identidades "lesbianas y gays", y defiende la subversión de las identidades sexuales. Cfr. DORLIN, Elsa: Sexo, género y sexualidades. Introducción a la teoría feminista. Buenos Aires: Nueva Visión, 2009, pp. 91 y ss.