Método Casuístico de Albert R. Jonsen
La casuística ha sido objeto de menor crítica que el principialismo por dos razones evidentes. En primer lugar porque apareció en ámbito bioético diez años más tarde que la propuesta de Beauchamp y Childress. Por otro lado, porque su uso no se ha difundido tanto como el de los principios.
La mayor parte de las críticas que la casuística ha recibido se puede reunir en tres grupos:
- Se encuentran aquellas que hacen relación a la posibilidad de ofrecer un método para la bioética sin un contenido preciso
- Las cuestiones en torno al intuicionismo que para algunos sería característica esencial de esta propuesta se arguye la incompatibilidad de la casuística con una sociedad pluralista como la actual
- Otros puntos, como el concepto de prudencia utilizado por Jonsen, o cuál es el tipo de teoría de la acción que propone han sido menos estudiados
Críticas en relación a los elementos que constituyen la moralidad
Jonsen utiliza fundamentalmente: las circunstancias del caso, las máximas o normas morales y la prudencia. Parece que se trata de tres elementos esenciales de todo análisis moral. Sin embargo, se considera necesario profundizar en el significado de cada uno de estos elementos, así como en el modo en que quedan articulados en la propuesta, pues parece que en algunos puntos su exposición resulta problemática.
Las circunstancias del caso en la consideración de la acción moral
Al analizar los diversos textos en los que Jonsen habla de las circunstancias se puede notar que el concepto es ambiguo. En la mayoría de los casos, bajo esta denominación parece indicar todos los elementos que caracterizan moralmente un acto. La acción humana no sería otra cosa que una colección de circunstancias, que responden a las preguntas relativas a quién, qué, dónde, cuándo, con qué medios, etc. Por eso, refiere que no hay que entender este término en su sentido etimológico, como “lo que rodea a”, sino que posee una importancia similar a la de los principios morales[1]. En otros casos, sin embargo, Jonsen se refiere metafóricamente a las circunstancias como a la decoración de un edificio; lo que indica que efectivamente no constituyen una pieza basilar en la valoración moral, sino más bien algo que matiza dicha valoración.[2] Jonsen, A.R; Toulmin, Stephen; Toulmin, Edelston (1988). The Abuse of Casuistry: A History of Moral Reasoning. Berkeley, Los Ángeles, London: University of California Press. ISBN 9780520069602.
En realidad, se trata de una cuestión más teórica que práctica, pues al momento de analizar los distintos problemas morales, Jonsen es capaz de caracterizarlos según diferentes tipos de acción (rechazar un tratamiento, mentir, matar, etc.). Esto no sería posible si la acción humana no tuviera un objeto moral, si todo fueran circunstancias. Si se analiza, por ejemplo, el problema moral de las transfusiones de sangre en el caso de los testigos de Jehová, Jonsen escribe que se trata de un caso típico de rechazo de tratamiento por parte de un enfermo competente 505 Lo que llama caso típico no es otra cosa que la descripción del objeto moral de una determinada acción humana. Ciertamente, para una valoración completa de la situación será necesario conocer todas las circunstancias que puedan tener relevancia moral, pero serán siempre circunstancias que rodean al objeto moral propio de la acción. Es interesante notar también que a la hora de resolver el caso Jonsen no acude a dichas circunstancias, no se plantea quién es la persona que rechaza la transfusión, o a qué hora y en qué lugar. La valoración moral se realiza aplicando la norma que indica que se deben respetar las decisiones autónomas de los pacientes. Por tanto, a nivel práctico se describen los distintos tipos de acciones según sus objetos propios; y por otro lado, realiza la valoración moral de dichas acciones fundamentalmente en relación a dichos objetos y no a las circunstancias.
Si se redujera la acción humana a un simple conjunto de circunstancias, como parece proponer Jonsen en algunos de sus escritos, sin un elemento central que las aúne resultaría muy difícil, por no decir imposible, cualquier tipo de valoración moral. Entre otras cosas, sería imposible aplicar el método casuístico, pues éste trabaja siempre con taxonomías y casos paradigmáticos, que no son nunca simples conjuntos de circunstancias. si no se considera de modo adecuado lo que se a denominado objeto de la acción moral, no será posible aplicar las máximas, pues todas ellas se refieren a tipos de acciones.
- ↑ Jonsen, A.R (1996). Morally Appreciated Circumstances: A Theoretical Problem for Casuistry.
- ↑ Jonsen, A.R (Septiembre, 1995). «Casuistry: An Alternative or Complement to Principles?». PubMed US National Library of Medicine National Institutes of Health. PMID 11645308. doi:10.1353/ken.0.0016.