Banco de cordón umbilical (ética)
El almacenamiento de la sangre de cordón umbilical (SCU) con fines terapéuticos no plantea dificultades éticas. El debate actual se centra en si el banco de cordón umbilical (BSCU) debe ser público, privado, mixto, o todos deben coexistir. La argumentación se centra principalmente en si es ético que existan bancos privados, y si no se deberían admitir sólo los públicos.
No deben existir BSCU privados por su inutilidad científica
Se defiende la exclusividad de los bancos públicos por la inutilidad terapéutica del trasplante autólogo de SCU, y en consecuencia, inutilidad científica de los BSCU privados.
Cuando uno guarda la SCU en un BSCU privado lo hace para utilizar potencialmente esas células en sí mismo, si llegara a contraer una enfermedad susceptible de trasplante. Pero si la enfermedad es congénita, la SCU propia será inservible, porque sus células contendrían el mismo defecto genético que se pretende curar. Esto se demuestra por el hecho de que solamente hay documentado un caso de trasplante autólogo de SCU, por lo que parece evidente que la conservación de la SCU para potencial uso autólogo no tiene utilidad terapéutica.
Esta objeción parte de un enunciado equivocado: Se identifican los BSCU privados con bancos para uso autólogo [1] , donde no se considera que exista la posibilidad de depósito privado para uso alogénico intrafamiliar. Cuando se considera erróneamente que los BSCU privados conservan los PH para uso exclusivo del individuo, dada la poca experiencia en este tipo de trasplantes es fácil llegar a la conclusión equivocada de que se trata de una práctica inútil, y por tanto, la proliferación de bancos privados resultaría, según estas premisas, contraria a la ética.
El profesor John E. Wagner, uno de los mayores expertos mundiales en SCU, afirma, respecto a la utilidad de los bancos privados de SCU para uso autólogo lo siguiente:
“No se puede negar que existe un tremendo potencial para el uso de la sangre del cordón umbilical (para uso autólogo) si consideramos los variados usos no-hematopoyéticos que puede tener en el campo de la medicina regenerativa o como generador de células linfoides (por ejemplo, células T-reguladoras o natural killers). Hoy todavía la eficacia de la SCU en estos campos es aún una mera especulación, pero existe un considerable interés en explorar estas nuevas posibilidades… Aunque continúa existiendo cierto escepticismo acerca de los beneficios de la SCU, esta resistencia se debe en muchos casos a simples preferencias del investigador… El creciente interés por la sangre de cordón ha abierto el camino a muchos descubrimientos.” [2]
Se ha superado el escepticismo inicial respecto a la utilidad de la SCU para los trasplantes alogénicos de progenitores. Las tasas de supervivencia de los trasplantes con SCU son comparables a las de MO con donante HLA idéntico, el modelo ideal para trasplante. Actualmente los científicos están trabajando en dos vías clave para permitir un mayor uso de la SCU: Acelerar las velocidades de la reconstrucción de la hematopoyesis y del sistema inmunitario. A estos trabajos es a lo que el profesor John Wagner denomina “la primera generación" en el uso de la SCU.
Con los descubrimientos recientes se abre la puerta a lo que él denomina una “segunda generación” en el uso de la SCU, que se justifica con la posibilidad de usarla como fuente de linfocitos y de otras células madre no-hematopoyéticas. Como afirma el profesor John E. Wagner, si estos estudios tienen éxito, se desarrollará aún más el interés por la conservación privada de la SCU[2]. Y dado el gran interés existente y las grandes sumas de dinero invertidas en esta investigación, es razonable pensar que la Ciencia pueda avanzar en este sentido.
El uso de la SCU como fuente de progenitores hematopoyéticos es relativamente reciente. Y tiene una limitación para permitir su uso extensivo: Es preciso disponer de la unidad de SCU del enfermo necesitado de un trasplante, la cual solo pudo ser recolectada en el momento del parto. Se trata de una práctica relativamente reciente, y aún no extendida universalmente. Por esta razón no se ha podido utilizar en muchos casos, habiéndose tenido que recurrir a otras fuentes de PH.
Esta es la razón por la que no disponemos de suficientes casos en la literatura científica para poder demostrar su utilidad terapéutica, sobre todo si se compara con el número de trasplantes realizados con progenitores de otras fuentes (SP y MO). Sin embargo, esta no es excusa para afirmar que la SCU para uso autólogo no tiene actualmente utilidad terapéutica. La legislación española hace también el mismo planteamiento, resultando especialmente reveladora la definición que se da al uso autólogo eventual de las células madre (que es como se refiere a los BSCU privados) en el RD 1301/2006: “Las células y/o tejidos son obtenidos con la finalidad de ser preservados para su aplicación hipotética futura en la misma persona, sin que exista una indicación médica establecida en el momento de la obtención e inicio de la preservación.” [3]
Cuando unos padres deciden conservar en un establecimiento privado la SCU de su hijo recién nacido lo hacen con la intención de ofrecerle la mejor alternativa terapéutica, brindándole todas las posibilidades abiertas para el día de mañana, a él y a sus hermanos.
El primer trasplante de SCU fue realizado precisamente entre hermanos . Durante los cuatro años siguientes al primer trasplante de SCU, únicamente se efectuaron trasplantes entre familiares. Sólo una vez confirmada su utilidad se empezaron a realizar trasplantes no emparentados. Ya en 1997, se demostró que la supervivencia en trasplantes con SCU es más del doble si se utiliza SCU de un familiar que si es de una persona no emparentada (63% frente a un 29%)[4] . Por tanto, hay que afirmar que una de las primeras utilidades del depósito privado de SCU es posibilitar el trasplante alogénico intrafamiliar.
Dando un paso más, no es correcto afirmar desde un punto de vista científico que la SCU no sirva para realizar autotrasplantes. Se puede decir que no tenemos suficientes experiencias de trasplantes autólogos, pero ello no significa que no pueda ser utilizada en autotrasplantes. En España la Organización Nacional de Trasplantes afirma en su informe sobre trasplantes del año 2009 (el último publicado hasta ahora) que de los 2.275 trasplantes de progenitores hematopoyéticos realizados en España durante ese año, 1.458 fueron trasplantes autólogos (el 64%), mientras que 817 (el 36%) fueron alogénicos[5] . De todos los trasplantes autólogos, la inmensa mayoría se realizaron con sangre periférica. Es decir, que se utilizan células hematopoyéticas del propio individuo para trasplantárselas de nuevo. Este hecho debería hacer pensar que el trasplante autólogo no es una imposibilidad, sino bien al contrario, una realidad muy numerosa. De hecho, mayoritaria entre los trasplantes de progenitores.
Referencias
- ↑ El RD 1301/2006 [1] insiste en clasificar a los bancos de tejidos en dos categorías: establecimientos de tejidos para uso alogénico y establecimiento de tejidos para uso autólogo eventual.
- ↑ 2,0 2,1 Wagner, J.; Gluckman, E. (enero 2010). Umbilical Cord Blood Transplantation: The first 20 years, Seminars in Hematology. 47 n. 1. pp. 3-12.
- ↑ Pareciera más lógico que el término “uso autólogo eventual” fuera definido como células y/o tejidos obtenidos con el objetivo de ser preservados por si fuera preciso utilizarlos en el futuro en la misma persona. Sin hacer mención a si existe o no indicación médica en el momento de la extracción, ya que ello es irrelevante. De hecho, siendo consecuentes, habría que buscar una definición diferente para aquellos depósitos de células que se conservan como reserva, para ser usadas en el mismo paciente, que hoy no las necesita, en un tratamiento que se conoce que tendrían utilidad terapéutica. Por ejemplo, la recogida de sangre periférica de alguien, antes de iniciar una actividad peligrosa, por si tras un accidente fuera precisa para una autotransfusión sanguínea. Tales depósitos, según la definición de la ley, no podrían ser considerados como de “uso autólogo eventual.”
- ↑ En 1988 la doctora Joanne Kurtzberg, de la Universidad de Duke, estaba tratando a un niño de 5 años con Anemia de Fanconi. La única salvación era un trasplante de MO 100% compatible, pero en la familia no había nadie que cumpliera con este requisito. Cuando nació su hermana, se conservó su sangre de cordón con la esperanza de que fuera útil, y el milagro se produjo: El cordón conservado cumplía con los requisitos de compatibilidad HLA. La Dra. Kurtzberg contactó entonces con el equipo de la Dra. Eliane Gluckman, del hospital St. Louis, de París. La Dra. Gluckman había cosechado hasta la fecha los mejores resultados en el tratamiento de la Anemia de Fanconi, y le ofreció realizar el primer trasplante de SCU. El paciente fue tratado con quimioterapia para serle después trasplantadas las células madre de la SCU de su hermana. Siguieron unos tensos días para comprobar el prendimiento de los PH y a los 18 días se pudo certificar el éxito de la operación. Hoy el niño está completamente curado, y ha podido fundar una familia.
- ↑ Organización nacional de trasplantes. Trasplante de progenitores hematopoyéticos.2009. Consultado el 19 de marzo de 2011.