Enriquecimiento alimentario
Enriquecimiento alimentario (EA) significa la adición de micronutrientes esenciales a un alimento para incrementar deliberadamente el contenido, mejorar la calidad nutricional de la dieta y conseguir un beneficio en el ámbito de la salud pública para toda la población[1]. El enriquecimiento de alimentos básicos que consume la mayoría de la población es la forma más eficaz para corregir las deficiencias de nutrientes esenciales en un grupo de personas, debido a su cobertura, biodisponibilidad y con bajo coste. Además, el enriquecimiento es socialmente aceptable y no requiere cambios en las prácticas dietéticas[2].
HISTORIA
El EA se inicia a principios del siglo XIX, cuando el químico francés Boussingault recomienda añadir yodo a la sal de mesa para prevenir el bocio en Sudamérica. En la Conferencia Internacional de Nutrición de 1992, 159 países avalaron la Declaración Mundial de Nutrición y se comprometieron a hacer todos los esfuerzos para eliminar las deficiencias de yodo y vitamina A, y reducir las otras deficiencias, particularmente las de hierro. Desde entonces la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se han esforzado en lograr este propósito, con las siguientes estrategias:
1) Mejorar la ingesta gracias a un aumento en la producción, preservación, comercio y consumo de alimentos variados, ricos en micronutrientes, y también por medio de la educación nutricional.
2) Enriquecimiento de alimentos concretos.
3) Suplemento con micronutrientes.
4) Medidas que mejoren la salud pública y la infraestructura alimentaria.
Con los datos disponibles en Europa, en general el estado nutricional es adecuado para muchas categorías de edad y sexo con las siguientes excepciones:
1) Carencia de vitamina B6, especialmente en personas de edad avanzada.
2) Reservas disminuidas de hierro en las mujeres durante la etapa de la edad fértil.
3) Bajas concentraciones de vitamina D en sangre en personas de edad avanzada.
4) Concentraciones bajas de yodo en orina en los Países Bajos y Alemania y más prevalencia de inadecuación en Europa del Este.
5) Bajo estatus de ácido fólico, especialmente en mujeres en edad fértil y quizás también en muchos adultos.
Se ha demostrado que una de las carencias más prevalentes en todos los países es la de vitamina B6 (germen de trigo, carne, huevos, pescado y verduras, legumbres, nueces, alimentos ricos en granos integrales, al igual que en los panes y cereales enriquecidos), nutriente necesario para mitigar el proceso de declive de la actividad cerebral y inmunitaria, seguida por la de las vitaminas E y B12. Igualmente, los europeos, independientemente de su ubicación geográfica, están en riesgo importante de estado inadecuado de vitamina D durante el invierno. La falta de hierro es otra de las deficiencias más prevalentes en mujeres jóvenes europeas.
BIOÉTICA Y ENRIQUECIMIENTO ALIMENTARIO
Los cuatro principios de autonomía, beneficiencia, no maleficiencia y justicia tendrían que estar presentes para toda la sociedad especialmente sobre la necesidad del enriquecimiento alimentario.
El enriquecimiento obligatorio de alimentos despierta polémica debido a la posibilidad de que aumente el riesgo de algunas enfermedades, especialmente intestinales. Uno de los inconvenientes del enriquecimiento de alimentos es la posibilidad del consumo excesivo de nutrientes por parte de algunos grupos de la población[3]. Por lo tanto, una característica clave del enriquecimiento es la de calcular la cantidad óptima de nutrientes que va a ser utilizada. Tiene que ser eficaz, pero segura.
Un estudio reciente ha demostrado que el consumo de nutrientes mediante suplementos y alimentos enriquecidos difiere considerablemente de un país a otro dentro de Europa, y que la nutrición inadecuada en niños europeos justificaría que se enriquezcan con micronutrientes seleccionados los alimentos consumidos en la actualidad[4] [5] .Existen estrictas regulaciones en la ley de la Unión Europea que controlan el nivel de micronutrientes añadidos a los alimentos y su uso como fortificantes[6], como por ejemplo el hierro.
Los alimentos enriquecidos no han de sustituir una dieta sana, equilibrada y variada. Por otro lado, el enriquecimiento puede tener una autolimitación, debido a que los altos niveles de nutrientes adicionales alteran el sabor y apariencia de los alimentos; una dieta que aporte un nivel adecuado y equilibrado de nutrientes no sirve de nada si no es lo suficientemente apetecible o sabrosa para que se pueda comer. Sin embargo, los consumidores de alimentos enriquecidos, en general, se acercan más a los niveles de nutrientes adecuados aquellos que no los toman. Esto podría deberse a una mayor concienciación en cuanto a alimentación por parte de los consumidores de alimentos enriquecidos. Aunque los programas de educación sobre enriquecimiento de alimentos en general han tenido éxito en la población, habría que intentar acercarse a aquellos grupos con requisitos nutricionales específicos, y disminuir el riesgo de un exceso de suministro de nutrientes en los que no tienen mayores necesidades. Las etiquetas nutricionales pueden servir de guía en cuanto a la cantidad de nutrientes específicos que tiene un alimento dado.
Por otro parte, se está intentando descifrar la relación entre las necesidades de la dieta y la genética, para que las recomendaciones nutricionales puedan personalizarse. Además, la estabilidad de los nutrientes y la absorción en los alimentos enriquecidos están mejorando continuamente. Con métodos mejorados y estandarizados para evaluar con precisión el aporte de nutrientes de la dieta se allanará el camino para un enfoque personal de la optimización del consumo de nutrientes[7].
- ↑ WHO/FAO. Guidelines on food fortification with micronutrients. 2006. Geneva, Switzerland.
- ↑ «El-enriquecimiento-de-los-alimentos--pasado--presente-y-futuro». Nutri-facts. 2011.
- ↑ «EFSA. Folic acid: an update on scientific developments.». EFSA Meeting Summary Report 3, 2009. doi: 10.2805/21712.
- ↑ Flynn A. et al. (2009). «Intake of selected nutrients from foods, from fortification and from supplements in various European countries.». Food Nutr Res.; 53:1–51.
- ↑ [Serra-Majem L. «Vitamin and mineral intakes in European children. Is food fortification needed?»]
|url=
incorrecta (ayuda). Public Health Nutr.; 4(1A):101–107. 2001. - ↑ Regulation (EC) No 1925/2006 of the European Parliament and of the Council of 20 December 2006 on the addition of vitamins and minerals and of certain other substances to foods. OJ L 404, 30.12.2006, p. 26–38.
- ↑ «El Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación.». (EUFIC), Bruselas, Bélgica. 2011.