Odontología
La Odontología es la parte de las ciencias de la salud que se ocupa de la dentadura y sus enfermedades.
Se encarga del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades del aparato estomatognático, el cual incluye además de los dientes, las encías, el tejido periodontal, el maxilar superior, el maxilar inferior y la articulación temporomandibular.
Las principales enfermedades de las que se ocupa la odontología son la caries dental, la maloclusión y la enfermedad periodontal[1].
BIOÉTICA Y ODONTOLOGÍA
El modelo social del ejercicio de la Odontología, incluye una participación responsable de todos los integrantes de las relaciones donde está involucrada la salud. en este sentido la bioética tiene mucho que decir. Los principios de la Bioética de: beneficencia, no maledicencia, autonomía, justicia, respeto a la dignad humana y la problemática ética planteada en los diferentes escenarios relacionados al ejercicio de la Odontología: público, privado, académico y de investigación, los ordenamientos jurídicos vigentes, los avances tecnológicos y sobre todo, los concernientes a la relación entre profesionales y sus pacientes, deben orientarse hacia otra visión, más acordes con la dinámica actual. La globalización ha alcanzado todos los órdenes y espacios de la vida[2].
La bioética brinda a los Odontólogos la posibilidad de reflexionar sobre su ejercicio profesional, sobre todo, lo conveniente que resulta la aplicación de sus axiomas en el trato con sus pacientes, en la resolución de los dilemas éticos y en el cumplimiento de las normativas deontológicas. Y lo más importante por convicción propia y no solo porque contemplen un sistema legal de coerción.
La bioética se trata de un sistema de valores y principios éticos, morales y de respeto a los derechos humanos. Y su atención ha suscitado que las acciones en salud que realicen los profesionales de la Odontología estén enmarcadas tanto en el aspecto científico, como en el humanista.
Según los principios de Bioética, el odontólogo en relación al paciente tendría que cuidar[2]:
1) Principio de Autonomía, respeto a las personas que impone la obligación de asegurar las condiciones necesarias para que actúen de forma autónoma.En el ámbito odontológico, el consentimiento informado sería la máxima expresión de este principio de autonomía, constituyendo un derecho del paciente y un deber del médico, pues las preferencias y los valores del enfermo son primordiales desde el punto de vista ético y supone que el objetivo del médico es respetar esta autonomía porque se trata de la salud del paciente.
2) Principio de no maleficencia, abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño o perjudicar a otros.El odontólogo tendría que reflexionar sobre toda su amplitud.Además de capacitarse para tener una formación teórica y práctica rigurosa, actualizada para dedicarse al ejercicio profesional. Y por otra parte, podría investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los ya existentes en vistas a que sean menos dolorosos y lesivos para los pacientes.
3) Principio de beneficencia, obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo perjuicios.
4) Principio de justicia, tratar a cada uno como corresponda con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad (biológica, social, cultural, económica, etc.).
La búsqueda de respuestas a las cuestiones morales exige que sepamos cómo resolver las disputas morales en principio, ya que el procedimiento de responder a las mismas pone al descubierto a un tiempo tanto el sentido de la pregunta como la trascendencia de la respuesta.
La odontología, como parte de las ciencias de la salud, interviene y se enriquece con la bioética humanizando su praxis y relacionándose transdisciplinariamente. El Odontólogo, como efector sanitario, responsable de la salud bucal del paciente y, por extensión, de la comunidad a la que pertenece, no debe estar ajeno a los fundamentos, valores, principios y metodología que la bioética propone, ya que éstos le posibilitarán un accionar profesional integrador de mayor calidad.
En consecuencia, una atención odontológica carente de sustentación ética y bioética, perpetúa una odontología considerada técnica e intervencionista; e imposibilita al Odontólogo a participar como parte de un equipo de salud interdisciplinario e intersectorial, a través del diálogo y la deliberación incluyente y plural, en la toma de decisiones fundamentadas y aceptadas de situaciones dilemáticas de contenido ético, que surgen dentro del mismo ejercicio profesional, o como problema social derivado de la salud, las biotecnologías, la investigación con sujetos humanos, el uso de animales de experimentación, la protección del ecosistema, entre otros. La formación odontológica debe facilitar las herramientas necesarias para hacer del Odontólogo un ser social promotor del cuidado de la vida en todas sus manifestaciones y estados. Exige entonces, una formación profesional sustentada en una fundamentación biológica y de valores.
La Bioética en Odontología ha tenido una lenta incorporación, debido a que no abarca a los grandes temas de vida y muerte, eutanasia, aborto, clonación como en la medicina. De hecho nació como élite y actualmente tiene su dilema entre si seguir un sistema mercantilista o un sistema social.
Los valores morales, las normas éticas y los principios deontológicos deben inspirar, guiar y precisar la conducta profesional del Odontólogo con respecto a sus pacientes, quién actuará de manera ética y benéfica, a partir de la humanización del paciente, es decir, pensará en él como un todo, y su accionar no se reducirá a la cavidad bucal, deberá clarificar adecuadamente todas las alternativas de tratamiento con sus riesgos y beneficios.
Las interacciones Odontólogo-paciente, el acceso a la salud dentaria y bucal, la conciencia de la necesidad de la población, entre otros, atraen la discusión y se deben abordar sobre la base de las éticas relevantes a la práctica profesional. Se propone que la bioética, como una alternativa abierta, basada en el diálogo y comprensión de evidencias, proporcione herramientas, tanto a Odontólogos como a médicos, para dar solución a dilemas éticos y apoyar las discusiones interdisciplinarias e interprofesionales respecto a la mejor manera de actuar[3].
El reto en la labor del Odontólogo consiste en imprimir a su quehacer clínico y profesional un sentido ético, en tanto y en cuanto permita al paciente alcanzar su fin último en la vida, que es la felicidad, no sólo porque alivia el dolor y así se aproxima a ella, sino porque contribuye dándole un sentido que le serena y tranquiliza; en la medida de lo posible, el Odontólogo virtuoso ha de tratar de ayudar al paciente a ser feliz, a través de un cambio cualitativo del dolor, sujetándose a la benevolencia y demás principios de la bioética[4].
Para garantizar que el ejercicio de la Odontología se realice según los postulados de la Bioética, es muy importante considerar su inclusión en los programas académicos para que el egresado cuente con la suficiente preparación en el área antes de su práctica. Igualmente, se deben promover cursos o talleres de capacitación para los profesionales, destacando no solo la importancia de la Bioética, sino entrenándolos en la forma de obtener un consentimiento informado.
- ↑ https://es.wikipedia.org/wiki/Odontolog%C3%ADa. Falta el
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(ayuda) - ↑ 2,0 2,1 Ibarra, Z. A. (2014). «Ejercer la odontología desde una perspectiva bioética.». Acta odontológica venezolana, 52(1), 7-8.
- ↑ Brítez, Sonia. «Conocimientos, Actitudes y Prácticas sobre el Código de Ética Odontológica de la Policía Nacional 2009.». Men. Inst. Investig. Cienc. Salud, Vol.7 (2), diciembre 2011: 26-34.
- ↑ Torres-Quintana, María; Romo, Fernando. «Bioética y Ejercicio Profesional de la Odontología.». Acta Bioeth. Vol.12 Nº 1. Santiago ene. 2006.