Clonación
El término clon fue acuñado en 1963 por el biólogo británico John Haldane (1892-1964) en una conferencia titulada Biological Possibilities for the Human Species of the Next Ten-Thousand Years.
De acuerdo con este autor, un clon es un conjunto de seres con la misma identidad genética. Tras los conceptos de diversidad e identidad genética que acabamos de ver en los apartados anteriores está claro que la clonación es lo contrario a lo que ocurre en la especie humana. La única situación excepcional de clonación en el hombre se da entre los gemelos monocigóticos, una rareza con una probabilidad de un dos por mil en nuestra especie. La clonación artificial es contraria a la naturaleza humana y quienes la proponen tratan de inducir de forma anti-natural la formación de individuos genéticamente idénticos. En rigor, aunque se tiende a entender la clonación como la producción de un niño con los genes de otra persona, la clonación puede referirse no tanto a individuos como a células con la misma información genética. Si nos fijamos en el concepto de identidad genética, como característica común al clon, esta definición permite incluir también la producción de células, tejidos o incluso “órganos, a través de la proliferación de células en cultivo que proviniesen de una célula inicial, sea el cigoto o una célula de un embrión, o de un adulto, vayan a usarse o no con fines reproductivos.