Transhumanismo
Definición, fines y medios
El transhumanismo es un movimiento intelectual y cultural que sostiene la posibilidad y obligatoriedad moral de mejorar las capacidades físicas, intelectuales y psíquicas de la especie humana mediante la aplicación de nuevas tecnologías y la eugenesia, con la finalidad de eliminar todos los aspectos indeseables de la condición humana como la enfermedad, el sufrimiento, el envejecimiento, e incluso la muerte. El objetivo del Transhumanismo es llegar a una especie transhumana, con mayores capacidades físicas, psíquicas e intelectuales y, posteriormente, a un posthumano, un ser que ya no será humano sino superior a él.
El transhumanismo se llevará a cabo mediante ingeniería genética, eugenesia embrionaria y prenatal, nanotecnología y biotecnología aplicada al cerebro y a potenciar las capacidades sensoriales y cognitivas del hombre. Mediante fármacos que controlen el bienestar emocional y reduzcan el impacto negativo de ciertas experiencias actuando sobre los centros de control y neurotransmisores. Mediante el uso de píldoras de la personalidad que eliminen aspectos negativos como la timidez o que aumenten la capacidad creativa y emocional. Mediante la ampliación de la expectativa de vida utilizando terapias genéticas o métodos biológicos que bloqueen el envejecimiento celular. Mediante la existencia post-biológica, realizando un escaneo de la matriz sináptica del individuo y transmitiéndola después a un ordenador, una especie de emigración de un cuerpo bilógico a un substrato puramente digital. También mediante la creación de “máquinas superinteligentes”, que combinan Inteligencia Artificial con parte orgánica, serán los denominados cyborg (cybernetics-organism), mitad ordenador, mitad orgánico. Por último, mediante la crioconservación de pacientes enfermos o fallecidos y la reanimación futura de pacientes en suspensión criogénica.
Breve historia y autores transhumanistas
El transhumanismo, según ha afirmado uno de sus máximos exponentes, el sueco Nick Bostrom, Profesor en la Universidad de Oxford y Presidente de la Asociación Transhumanista Mundial, encuentra sus raíces en el pensamiento clásico y moderno, en el deseo constante de adquirir nuevas capacidades para el hombre mediante el uso de la técnica y de la ciencia. En la Revolución Científica y el desarrollo del empirismo anglosajón de la Edad Moderna, el Transhumanismo encuentra los pilares fundamentales que sustentan su visión: confianza desmesurada en la ciencia y concepción puramente material del hombre, o dicho con otras palabras, el hombre es una máquina y mediante la ciencia potenciaremos su funcionalidad y sus posibilidades. El “hombre-máquina” de La Mettrie, obras como El origen de las especies de Darwin y el desarrollo de la Inteligencia Artificial contribuyeron enormemente a que se fuera forjando la mentalidad primero llamada “futurista” en Estados Unidos (con autores como Drexler, Moravec, Peterson, Ettinger), y posteriormente “Transhumanista” (Bostrom, Sandberg, More, Hughes).
Fundamentos antropológicos y éticos
Desde el punto de vista de su fundamentación filosófica, el transhumanismo se sustenta en una antropología materialista de raíz empirista por la que se concibe al hombre como algo puramente material sin ningún espacio para la realidad metafísica o trascendente. Además, la explicación del funcionamiento humano es la del neurobiologicismo funcionalista, es decir, el hombre reducido al funcionamiento, más o menos perfecto, de sus conexiones neuronales. Todo ello unido a una fe ciega en la ciencia. Además, la perspectiva ética desde la que se mueve es fundamentalmente utilitarista y liberal. En la mayor parte de los casos los autores son ateos o agnósticos. Según algunos autores estamos en la última etapa del desarrollo del homo sapiens, en la era del homo technologicus, que tiene en sus manos la posibilidad de continuar la evolución de la especie humana hacia una superior, mejor y más feliz, utilizando todos los medios tecnológicos a su alcance.
Implicaciones bioéticas
La teoría transhumanista plantea numerosas cuestiones tanto de orden teórico como práctico, sus autores no han contestado todavía a muchas de ellas. En primer lugar, la tesis transhumanista parte de un postulado todavía no demostrado, a saber, el hombre es un ser que se reduce solo y exclusivamente a sus conexiones neuronales. El fisicalismo neurobiologicista todavía no ha sido demostrado satisfactoriamente, es más, encontramos cada vez más autores que sostienen la tesis del no reduccionismo materialista del hombre. Hay otra cuestión de fondo importante: Quién me dice que cuanto más perfecto sea física y psíquicamente, que cuántas más capacidades tenga voy a ser más feliz. ¿Qué es la felicidad? ¿Qué significa ser mejor o más perfecto, quién lo determina? La respuesta a esta pregunta no estriba en una cuestión meramente material sino moral y ontológica. Ser mejor o ser feliz no depende solo de cuestiones materiales. La ecuación perfección física igual a felicidad no es siempre real, es más a veces se puede dar el caso contrario. Lo que realmente es el hombre, y lo que le hace feliz, está fuera de un cálculo meramente material. Hay después una serie de cuestiones de carácter práctico a la hora de poner por obra el plan transhumanista: selección embrionaria y eliminación eugenésica de embriones y fetos con defectos, problemas derivados de la nanotecnología aplicada al cerebro y neuroética, problemas de la crioconservación, uso de fármacos que cambien la personalidad, problemas de distribución de recursos, etc. En conclusión, aunque en teoría el transhumanismo pueda tener un fin bueno, hacer de la vida del hombre algo mejor, fin hacia el que ha tendido siempre la medicina, la ciencia y en general el progreso, este fin no puede ser alcanzado a través de cualquier medio. En el núcleo de esta teoría encontramos la pérdida del sentido del valor y la dignidad del hombre, que hacen de este un ser especial en el resto de la naturaleza, aún con sus límites y finitud. La no aceptación de la realidad humana hace que el hombre forje un futuro utópico, puramente material, que le lleva fuera de los cauces humanos, incluso programando su propio exterminio.
Bibliografía
- Young, Simon (2006). Designer Evolution. A Transhumanist Manifesto. New York.
- Nick Bostrom, “A History of Transhumanist Thought”, Journal of Evolution and Technology, Vol 14, 2005.
- Nick Bostrom, Why I want to be a Posthuman when I Grow up (en prensa).
- Simon Young, Designer Evolution. A Transhumanist Manifesto. New York, 2006.