Elio Sgreccia
Elio Sgreccia (Nidastore Arcevia, Ancona, Italia, 6 de junio de 1928), cardenal y ex Presidente de la Academia Pontificia para la Vida.
Nació en una modesta familia dedicada a la agricultura, donde los niños siempre fueron considerados una bendición del Señor. El más joven de seis, después de asistir a la escuela primaria tuvo que retrasar la entrada en el seminario menor de Fossombrone debido a la guerra en 1939. Además de ayudar a su padre a trabajar en el campo, asistió a una escuela de formación profesional. Luego asistió al seminario de Fano y finalmente recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio 1952. Su primer encargo fue con los jóvenes, como asistente espiritual de los muchachos de la Acción Católica, a lo que siguió su cargo de vicerrector del mismo seminario donde había estudiado.
Después de graduarse en filología clásica en la Universidad de Bolonia, fue nombrado Rector del Pontificio Seminario de Marcas Fano, luego fue trasladado a Ancona. En 1972 solicitó y obtuvo la vuelta a la Diócesis de Fossombrone.
En su búsqueda de una fundamentación objetiva para los juicios morales, las reflexiones de Vanni Rovighi sobre metafísica fueron especialmente importantes[1]. Comprendiéndose que, para dar respuesta a los desafíos éticos que se le planteaban desde el ámbito biomédico, no era suficiente analizar solamente la acción, sino que se debía fundamentarse en una reflexión sobre el ser (ontología)[2]. En otras palabras, fue necesario fortalecer el planteamiento personalista con una sólida base metafísica[3]. En ese sentido, las conclusiones coinciden con las de Wojtyla, en lo referente a la necesidad de “pasar del fenómeno al fundamento” (“transfenomenología”)[4]. De esa manera el resultado fue: un modelo de “Bioética personalista ontológicamente fundada”, por lo que actualmente es conocido como su fundador y principal difusor.
Se trata de una corriente de pensamiento que sitúa el centro del razonamiento ético en el respeto incondicional por la dignidad intrínseca de toda persona humana. Es decir, reconoce que todo ser humano, por el solo hecho de serlo, posee un valor inherente, que debe ser respetado siempre y bajo cualquier circunstancia. (“principio personalista”).
Desde la reflexión ontológica, Sgreccia logra interpretar que en el humano no existe una distinción entre el individuo de la especie y la persona, como proponen algunos bioeticistas contemporáneos, (Ej. Singer[5]). Muy por el contrario, como ser persona es el modo de existir que tienen los seres humanos, el momento en que comienza a existir un organismo de la especie humana debe coincidir necesariamente con el momento en que ese individuo se convierte en persona. Por tanto, un individuo, si es humano, es persona siempre, en cualquier etapa de su desarrollo y en toda circunstancia. El concepto de “persona en potencia” contiene, entonces, un error lógico (falacia). Todo individuo de la especie humana, por el mero hecho de existir, es siempre persona en acto. Lo que efectivamente podría estar en potencia en un individuo de la especie humana son sus “propiedades mentales”, es decir, aquellas capacidades específicamente humanas, entre ellas se destacan:
- Autoconciencia
- Racionalidad
- El ejercicio de la libertad
- La afectividad
- Relacionalidad
Sgreccia propuso un “método triangular” para el análisis de los desafíos éticos que plantea la aplicación de los avances tecnológicos a las ciencias de la vida. Este método comienza con un análisis acucioso y actualizado de los datos empíricos disponibles; luego reflexiona sobre su significado antropológico (metafísico); y finalmente se deduce las implicancias éticas concretas. La forma precisa para aplicar este método triangular a las diferentes temáticas de la bioética contemporánea ha quedado bien reflejada en su Manual de Bioética[6], que ha sido traducido a más de 20 idiomas, alcanzando gran influencia en la enseñanza-aprendizaje de la bioética a nivel mundial.
El Manual comienza con una parte general, en la cual se resumen los orígenes, el desarrollo histórico y la definición de la bioética, enmarcando esta introducción con una reflexión sobre la justificación epistemológica de esta nueva disciplina y una síntesis de los diferentes modelos de fundamentación del juicio moral. A partir de esta sinopsis panorámica, Sgreccia evidencia la originalidad que de su propuesta de una “bioética personalista ontológicamente fundada”, ofreciendo la necesaria fundamentación filosófica e ilustrando el modo concreto de aplicar el método triangular a los temas más actuales y controvertidos de la bioética contemporánea, que son analizadas acuciosamente en los numerosos capítulos que conforman la segunda parte de su libro (parte especial).
El modelo de fundamentación de la bioética propuesto por Sgreccia se basa en la razón y en la experiencia de la realidad y no en argumentos de naturaleza teológica. La justificación que ofrece para los juicios éticos está ligada al conocimiento de la realidad, del que se derivan lógicamente consecuencias innegables para la razón. En efecto, para superar los problemas que detecta en los modelos principialista y consecuencialistas, Sgreccia propone tomar muy en serio la experiencia de la realidad. Esa experiencia permite reconocer que la realidad tiene una cierta inteligibilidad: un diseño comprensible. Bellini expresa bellamente esta idea diciendo que “la ética nace de la estética, es decir, de reconocer la ley natural y la naturaleza como signo de un misterio bueno”[7] [25]. Este punto de partida le permite a Sgreccia articular una justificación ética basada en la realidad, en la racionalidad, y en la empatía, puesto que la ética es reflejo de un interés genuino por el bien integral del sujeto que tenemos en frente.
Para identificar en qué radica la originalidad del planteamiento bioético de Elio Sgreccia, más que tildarse de una “bioética católica”, debemos precisar que, lo que realmente distingue su propuesta de otros modelos bioéticos imperantes en la actualidad, es el análisis que hace del sentido de la corporalidad[8]. Como señala D’Agostino, con certeza el autor llega al contexto social actual haciendo necesario una reflexión bioética que tome con seriedad la connotación corporal del ser humano[8]. El cuerpo humano, en cuanto a realidad material, tangible, empírica, concreta, se convierte así en el punto de partida de su reflexión antropológica. Esta visión sobre el significado de la corporeidad en la experiencia humana, tan propia de su concepción antropológica, es precisamente la clave para entender el potencial renovador de la propuesta que Sgreccia realiza a la bioética contemporánea.
La preeminencia otorgada a las “propiedades mentales” en la Bioética contemporánea lleva implícita una negación del “bios”. obteniendo como resultado especialmente llamativo una disciplina dedicada precisamente a estudiar la vida (bioética). Como señala Sgreccia, la persona es concebida sin su “connotación corpórea”. Esta tendencia parece estar siendo llevada hasta el extremo en la corriente transhumanista[9], que plantea –entre sus objetivos centrales– conducir a la humanidad hacia la “singularidad”, es decir, el momento en el que toda la información almacenada en el cerebro de una persona podría ser “descargada” a sistemas informáticos y almacenada en una “nube”, prescindiendo del componente orgánico de la especie humana (“posthumano” o “humano ++”)[10].
Además del innegable aporte que significó la publicación del Manual de Bioética, Sgreccia aportó numerosas contribuciones, tanto de carácter eminentemente académico, como también de divulgación. Especial mención merece la Enciclopedia di Bioetica e Scienza Giuridica, editada junto al Profesor Antonio Tarantino[11]. Se trata de una obra monumental (12 volúmenes), en la que se analizan numerosas “voces” relacionadas con asuntos controversiales de la bioética contemporánea. Utilizando una metodología interdisciplinaria, que articula las perspectivas
- Biomédica
- Ética
- Jurídica
- Derecho romano
Ofreciendo una revisión actualizada sobre los avances en las ciencias biomédicas, desde que surge la reflexión sobre los límites de las intervenciones destinadas a mejorar y/o prolongar la vida humana; el supuesto derecho de las generaciones actuales a:
- Modificar el genoma humano
- El desarrollo humano sustentable
- Muchas otras cuestiones relativas a la vida humana
De esta manera, propone un enfoque filosófico, respetuoso de los derechos humanos fundamentales, la racionalidad práctica y el ejercicio responsable de la libertad de los diferentes agentes morales involucrados en la actividad científica. Ofrece un enfoque optimista, que traduce la profunda convicción de que el verdadero progreso técnico-científico es aquel que conduce al desarrollo humano integral y es consciente del cuidado del medio ambiente.
Entre las múltiples iniciativas que Sgreccia llevó a cabo para promover el desarrollo académico de la bioética a nivel internacional, destaca la fundación, en 1997, de la “Federazione Internazionale dei Centri ed Istituti di Bioetica di Ispirazione Personalista” (FIBIP), institución sin fines de lucro, con personalidad jurídica italiana (hasta 2017), que luego pasó a tener su sede en EEUU. También creó la Fundación Ut vitam habeant, para ofrecer becas de especialización en bioética, especialmente para estudiantes provenientes de las regiones más vulnerables.
Noviembre de 1973 supuso un punto de inflexión en su vida: la sede romana de la facultad de medicina y cirugía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón tiene la intención de reforzar el servicio pastoral para la comunidad de profesores y estudiantes, y surgió su nombre. Aceptó el encargo y desde ese momento se convirtió en un referente para la comunidad universitaria. Al mismo tiempo, el rector Lazzati lo llamó para trabajar —primero como redactor, luego como subdirector y co-director— en la revista Medicina e Morale.[12]
En 1983, como parte de su trabajo en la Facultad de la Universidad Católica, se encargó también en la misma universidad, del estudio y enseñanza de cuestiones éticas de la biomedicina. Desde 1985 fue director del Centro de Bioética y desde 1992 director del Instituto de Bioética creado dentro de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Sacro Cuore de Roma.
Como estudioso de los problemas éticos de la medicina, por indicación de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, fue enviado a trabajar en diferentes organizaciones europeas. Representó un papel importante en la elaboración de una obra colectiva sobre los derechos humanos y la atención médica del Consejo de Europa.[13] En los años ochenta, fue un observador de la Santa Sede en el Comité de Ética del Consejo de Europa. De 1990 a 2006 fue miembro del Comité Nacional Italiano de Bioética.
Entre sus muchas obras, La más importante es el Manual de Bioética, en dos volúmenes, publicado en 1988 y que ha tenido cuatro ediciones y varias reediciones, y ha sido traducido al francés, español, portugués, inglés, ruso, rumano, búlgaro, ucraniano, coreano y árabe.[14]
El 5 de noviembre de 1992 fue nombrado obispo titular de Zama Menor y secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Fue ordenado obispo por el Papa Juan Pablo II el 6 de enero del siguiente año.
Mantuvo su puesto en el Consejo Pontificio para la Familia hasta los primeros meses de 1996, cuando se dedicó a tiempo completo a la oficina del vicepresidente de la Academia Pontificia para la Vida. En junio de 1994 fue llamado a ese encargo junto a Jérôme Lejeune, el primer Presidente de dicho organismo vaticano. Colaboró con el sucesor de Lejeune, Juan de Dios Vial Correa hasta que fue nombrado presidente de la Academia Pontificia el 3 de enero de 2005.
En este puesto, su obra se caracterizó principalmente por la publicación de una serie de documentos,[15] en la que fueron recogidas las actas de los congresos celebrados junto con la junta general anual de la propia Academia. Fue notable su contribución al esclarecimiento de algunos temas y cuestiones candentes: entre otras, la donación de órganos, las células madre, la objeción de conciencia, el estado vegetativo permanente.
En 2003 fundó la Federación internacional de centros e institutos de Bioética de Inspiración Personalista, FIBIP)[16].
Sgreccia dimitió como presidente de la Academia Pontificia para la Vida el 17 de junio de 2008. Se debe a él el nacimiento de la fundación Ut vitam habeant (Para que tengan vida) para la promoción de la pastoral de la vida dentro de la comunidad católica. Entre otras cosas, celebró un curso especial sobre la materia, como profesor visitante en el Instituto Juan Pablo II de la Pontificia Universidad Lateranense. En la actualidad se ocupa como co-director de la primera Enciclopedia de bioética y ciencia jurídica[17] —de los cuales ya se han publicado los tres primeros volúmenes— junto con la Facultad de Derecho de la Universidad de Lecce y el Instituto de Bioética de la Universidad Católica.
Fue creado cardenal por Benedicto XVI en el consistorio del 20 de noviembre de 2010, por la Diaconía de Sant’Angelo in Pescheria.
Publicaciones
El cardenal Elio Sgreccia ha publicado unos 400 trabajos en italiano y en otros idiomas[18]. Algunas de sus principales obras:
- Sgreccia, Elio. Personalist Bioethics: Foundations and Applications. Philadelphia: The National Catholic Bioethics Center, 2012. Original Italian: Manuale di bioetica. Fondamenti ed etica biomedica. 4th ed. Milan: Vita e Pensiero, 2007.
- Sgreccia, Elio and Jean Laffitte. The Human Embryo before Implantation: Scientific Aspects and Bioethical Considerations. Rome: Libreria Editrice Vaticana, 2009.
- Sgreccia, Elio and M. Luisa Di Pietro. Procreazione assistita e fecondazione artificiale tra scienza, bioetica e diritto. Brescia: La Scuola, 1999.
- Sgreccia, Elio. La bioetica nel quotidiano. Milan: Vita e Pensiero, 2006.
- Sgreccia, Elio, Angelo Serra, and M. Luisa Di Pietro. Nuova genetica ed embriopoiesi umana. Prospettive della scienza e riflessioni etiche. Milan: Vita e Pensiero, 1991.
- Sgreccia, Elio and M. Luisa Di Pietro. La trasmissione della vita nell'insegnamento di Giovanni Paolo II. Milan: Vita e Pensiero, 1989.
Referencias
- ↑ Sgreccia, Sergio (2019, Turín). Contro Vento. Effatà. p. 109.
- ↑ Wojtyla, Karol (2017). Persona y acción. Madrid, España: Palabra.
- ↑ Wojtyla, Karol (1997). Mi Visión del Hombre. Madrid, España: Palabra.
- ↑ Wojtyla, Karol (1998). El Hombre y su Destino. Madrid, España: Palabra.
- ↑ Singer, Peter (1984). Ética Práctica. Barcelona: Ariel.
- ↑ Sgreccia, Elio (2014). Manual de Bioética. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
- ↑ Bellini, Carlo. Rifondare la Bioetica. p. 15.
- ↑ 8,0 8,1 D’Agostino, Francesco (22 de octubre de 2012). Cantagalli, ed. Vita, Ragione, Dialogo (en italiano).
- ↑ Bostrom, Nick (2005. 14). «A History of Transhumanist Thought». Journal of Evolution and Technology.
- ↑ Walker, Postigo, Jorge, Elena (2015). «Transhumanismo, Neuroética y Persona Humana». Bioet.
- ↑ Sgreccia, Tarantino, Elio, Antonio (2017). Enciclopedia di Bioetica e Scienza Giuridica. Napoli: Edizioni Scientifiche Italiane,.
- ↑ Medicina e Morale. Storia della Rivista (en italiano) Fecha de acceso al URL: 14 de marzo de 2020
- ↑ European Scientific Co-operation Network "Medicine and Human Rights" (1998). The human rights, ethical and moral dimensions of health care. Council of Europe. ISBN 9789287130556. Consultado el 14 de marzo de 2020.
- ↑ Elio Sgreccia (2007). Manuale di bioetica, Volume I (4ª edición). Vita e Pensiero. ISBN 9788834312902. Consultado el 14 de marzo de 2020.
- ↑ PAV Publicaciones Fecha de acceso al URL: 14 de marzo de 2020
- ↑ Sgreccia, Elio (2012). Personalist Bioethics: Foundations and Applications. Philadelphia: The National Catholic Bioethics Center. ISBN 978-0-935372-63-2.
- ↑ Enciclopedia di Bioetica e Scienza giuridica Fecha de acceso al URL: 14 de marzo de 2020
- ↑ Sgreccia, Elio (2012). Personalist Bioethics: Foundations and Applications. Philadelphia: The National Catholic Bioethics Center. ISBN 978-0-935372-63-2.
Enlaces externos
- Salla Stampa della Santa Sede. Elio Sgreccia (en italiano)
- Hoy See Press Office. Elio Sgreccia (en inglés)